Benedicto González y Ubaldo Zúñiga denunciaron que fueron expulsados bajo un proceso incorrecto y sin mayores explicaciones del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC). Aseguraron que, incluso, se les fue negada su participación en el séptimo pleno del Consejo Nacional de los Comunes, la máxima instancia de ese partido para analizar la situación de seguridad de los integrantes de ese movimiento. González y Zúñiga desean continuar sus labores allí.
Según contaron los dos hombres, que denunciaron el caso a través de sus redes sociales, se les negó la entrada para participar en el Consejo. González, conocido con el alias de Alirio Córdoba y Zúñiga como Pablo Atrato, aseguraron que Julián Gallo, conocido como Carlos Antonio Lozada, “tomó la decisión de sacarnos del recinto bajo el argumento de que el Consejo Político Nacional, en días pasados, había tomado la decisión de expulsarnos de las filas del partido”.
Los dos exintegrantes de la extinta guerrilla de las FARC alegaron que no fueron notificados de la decisión que había tomado el partido, lo que convierte la acción en ilegal. Explicaron que, el debido proceso para ser expulsados del partido tendría que ver con algún comportamiento irregular por su parte y que, teniendo en cuenta eso, la investigación disciplinar tendría que llevarse al Comité de Ética del departamento del Atlántico, donde ejercen sus labores. La no resolución del caso en ese ente entraría a ser investigado por el organismo nacional, que decidiría si sacarlos o no del partido.
En respuesta a la decisión del partido, ambos exintegrantes interpusieron recursos ante la comisión, que fueron negados. Solo les queda por saber la resolución del Consejo Nacional Electoral (CNE) respecto a un derecho de petición que interpusieron por el caso, “como la decisión no está en firme, en tanto, la decisión de expulsarnos no es válida, y reclamamos nuestro derecho a participar en el séptimo pleno”.
Zúñiga tiene teorías respecto a su salida. Su mala relación con Pastor Alape, quien hoy se desempeña como delegado ante el Consejo Nacional de Reincorporación, y con la senadora Griselda Lobo, serían una de las razones principales de su expulsión. “Dejamos constancia de nuestros deseos de seguir militando en la FARC, del que somos fundadores y firmantes del acuerdo de La Habana”, dejaron por escrito los dos ex guerrilleros, escribieron.