En la vereda El Placer, corregimiento de San Joaquín, zona rural del municipio de Mercaderes, en el sur del Cauca, fueron encontrados los cuerpos sin vida de Henry Antonio Díaz de 56 años de edad y Johan Sebastián Díaz de 26, oriundos del Quindío.
Según información divulgada por la FM Radio, habitantes del sector, indicaron que el par de hombres diariamente se movilizaban en su moto por diferentes veredas vendiendo helados y conos.
Por su parte, miembros del Cuerpo Técnico de Investigación CTI de la Fiscalía General de la Nación que acudieron a unos 30 kilómetros del casco urbano, donde fueron encontrados los cuerpos de las víctimas, informaron que los cadáveres registraban dos impactos de arma de fuego cada uno a la altura de la cabeza, por lo que se evidenció que fueron asesinados a una corta distancia.
“Hasta el momento se desconocen cuáles fueron los motivos por los cuales los mataron. Lo único que se ha podido conocer es que el señor Henry Antonio Díaz residía en el barrio La Capilla y el hijo, el joven Jhon Sebastián residía en el sector de San José”, indicó las autoridades.
A este doble homicidio se suma a los hechos registrados hace meses en los que asesinaron a siete personas integrantes de una misma familia, de la cual un niño de siete años fue el único sobreviviente, en la vereda El Vado, en el municipio de Mercaderes.
Todo apunta a que la masacre tendría relación con otro acto de violencia perpetrado en el mismo municipio, en la misma casa, el pasado 29 de abril, donde un grupo armado asesinó a cuatro miembros de esa misma familia, uno de ellos, Álvaro Narváez Daza, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Vado, en el corregimiento de Mojarras. En total son siete miembros de una familia a los que ha llorado el municipio.
La Fundación Paz y Reconciliación, que ha hecho seguimiento a las masacres perpetradas en el país, ha explicado a Infobae que estos actos de violencia se han recrudecido en poblaciones con procesos de organizaciones afro, indígenas y campesinas consolidadas, donde las estructuras criminales al margen de la ley luchan por la legitimidad de sus habitantes.
Eso explica que el Cauca, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo de la Paz (Indepaz), sea el segundo departamento con más masacres en el país (10), solo después de Antioquia (15), donde hace menos de 15 días asesinaron a Jhon Jairo Guzmán, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal de el Tesorito, en el municipio de Tarazá, por actuar igual que Álvaro Narváez: en pro de la población.
Solo este año, Indepaz tiene documentadas más de 70 masacres, en las que 278 personas han sido asesinadas, doblando las cifras del año pasado, cuando se registraron 35 matanzas, que les costó la vida a 113 personas, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
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