La Fiscalía captura a traficantes de fauna silvestre. Vendían lagartos, babillas y hasta tigrillos

La Fiscalía logró desarticular una banda que se dedicaba a la comercialización de fauna silvestre, por medio de grupos cerrados en WhatsApp, que se hacían llamar ‘Faunatic’ y ‘exotic Colombia’, la cual estaba conformada por 12 integrantes.

Por medio de un agente encubierto, tanto la Fiscalía como la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional (DIPRO) lograron infiltrar los grupos y conocer el modo en el que operaba la comercialización de los animales. Según lo informado por la institución, los interesados debían pagar un abono por transacción virtual y los animales les llegaban por encomienda.

“Una babilla costaba $100.000, una guacamaya $700.000, un mono tití $900.000 y los tigrillos y otros mamíferos casi $1′300.000 pesos”, detalló la Fiscalía.

Asimismo, la entidad logró evidenciar por medio de videos y fotografías la crueldad con la que preparaban las aves para entregarlas a los compradores. Por ejemplo, a las aves les cortaban las alas y a los mamíferos los amordazaron y amarraron. Posteriormente, eran camuflados en cajas a las que les abrían huecos para permitir la respiración de las especies y, con la aparente connivencia de algunos transportadores, los enviaban entre buses de servicio público.

Todos los integrantes de la banda vendían tigrillos, ocelotes, venados, búhos, serpientes, tortugas, guacamayas, monos, babillas y múltiples especies de la biodiversidad nacional, la gran mayoría en peligro de extinción. Asimismo, se comprometían a conseguir lagartos y otros tipos de reptiles exóticos.

Los detenidos son:

Rafael Cruz Romero, conocido como ‘Ojitos’ o ‘Emmanuel’.

Sebastián Bastos Peñaranda, ‘Sebas’ o ‘Andrés’.

Alfonso Mauricio Triana, ‘Miguel’.

Jeisson Humberto Triana, ‘Ángela’.

Durante la investigación, la entidad fue testigo de la acreditación de 14 ventas que fueron efectivas en Bogotá y Soledad (Atlántico). En estos casos, los animales fueron rescatados y puestos a disposición de las autoridades ambientales.

Además, permitió conocer que algunos de los traficantes contactaron redes de cazadores, que se encargaban de extraer especies jóvenes de la depresión momposina, entre los departamentos de Bolívar, Cesar, Córdoba, Magdalena y Sucre, y de otras zonas de la Costa Atlántica.

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