En 30 allanamientos adelantados por la Fiscalía General de la Nación fueron incautadas 60 toneladas de insumos para falsificación de bebidas embriagantes. Además, 14 personas fueron capturadas, entre ellas, gerentes y directivos de empresas legalmente constituidas que, al parecer, mezclaban productos originales con licor adulterado. El Fiscal General, Francisco Barbosa Delgado, dirigió el operativo, que en sus palabras, ha sido el golpe más grande de la entidad contra estas estructuras señaladas de adulterar alcohol y atentar contra la vida y la salud de los consumidores.
Las diligencias de registro y los allanamientos se realizaron en Bogotá en las localidades de Kennedy, Bosa, Suba, Tunjuelito, Ciudad Bolívar; y en Soacha, departamento de Cundinamarca. Los investigadores del CTI, adscritos a la Dirección Especializada contra las Violaciones de los Derechos Humanos dieron con la red dedicada a la falsificación y elaboración artesanal e insalubre de bebidas embriagantes nacionales se importadas.
Durante el operativo se incautaron 60 toneladas de insumos, entre sellos, etiquetas, tapas, dosificadores, cajas, cerca de 300.000 botellas, alcohol y sustancias líquidas utilizadas para la fabricación de las bebidas embriagantes. Además, se decomisaron productos que fueron etiquetados como vinos, aperitivos, champañas, whisky, ron, vodka y aguardiente. Según as autoridades, estaban listos para ser empacados y comercializados durante la temporada de fin de año.
Los 14 responsables pertenecían a una misma red. Algunos son gerentes y directivos de cuatro empresas legalmente constituidas, cuya principal actividad económica era la venta de licor. La Fiscalía aseguró que los empresarios servían de fachada y distribuían bebidas originales y adulteradas en Bogotá, Cali, Medellín, Cúcuta, Barranquilla y ciudades del Eje Cafetero. Un fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones de los Derechos Humanos presentó a los detenidos a un juez de control de garantías por los delitos de concierto para delinquir, usurpación de derechos de propiedad intelectual y corrupción de alimentos, productos médicos o material profiláctico.
Las investigaciones, que duraron un año, establecieron que la organización no estaba jerarquizada, pues los integrantes se colaboraran sin seguir a ninguna cabeza. Algunos, al parecer, manejaban centros de reciclaje en los que compraban las botellas de licor con etiquetas o dosificadores en buen estado. Muchos de estos productos llegaban de otras regiones del país y desde Tulcán, ciudad fronteriza de Ecuador. “Estos elementos eran sometidos a un proceso de lavado, en el que reutilizaban agua, jabón, desinfectantes y blanqueadores en condiciones pésimas de higiene”, recalcó la Fiscalía.
Además, en las casas familiares de los implicados, se preparaban las bebidas en alambiques artesanales mediante la mezcla de alcohol y otros componentes. Presuntamente, en las fábricas de las empresas involucradas también se desarrollaban procesos de destilación de las bebidas, pero de una manera industrial y a gran escala. La Fiscalía indicó que las cajas, con diversidad de licores, eran vendidas a discotecas, tiendas de bario y establecimientos nocturnos. En algunos casos, las entregas se realizan a través de vehículos que simulaban el transporte de huevos para evadir los controles de las autoridades.
El Fiscal General recalcó que el material fue encontrado en 50 camiones en diferentes partes del país por una suma de dos billones de pesos, “lo que corresponde a la mitad de una reforma tributaria”.