La Secretaría Distrital de Movilidad de Bogotá presentó un nuevo proyecto piloto que busca generar más sostenibilidad en las labores de distribución de paquetes y encomiendas a nivel de la ciudad, llamado Bicicarga, creado por la entidad con apoyo técnico de Logyca en alianza con el MIT FaROL LAB.
Se trata de un modelo que estará funcionando durante los próximos seis meses y que, en alianza con al menos 15 empresas privadas de la industria logística, busca migrar estos servicios con el apoyo de bicicletas eléctricas, adecuadas para cargar la mercancía durante la etapa final de distribución.
De estas, “10 son generadoras de carga y 5 operadores logísticos”, explicó el secretario de Movilidad de Bogotá, Nicolás Estupiñán Alvarado, agregando que varias de ellas ya estaban usando el sistema de entregas por bicicleta, lo que ha significado un avance importante. Entre ellas se destacan Alpina, Nutresa, Alqueria, Alianza Team, Baxter, Servientrega y DHL.
Al respecto, el funcionario señaló “para nosotros es muy importante tener el apoyo del sector empresarial, no solo de Bogotá, sino del país, en la implementación de estas nuevas tecnologías que están sirviendo en diferentes partes del mundo a tener una última milla más eficiente y sostenible”. Después de todo, el principal objetivo de la iniciativa es ver reducciones en la contaminación, en la congestión y en siniestralidad vial.
Según lo expresado por la entidad, en esta primera fase del proyecto se buscará validar dos modelos de operación: El primero está relacionado con una dinámica centralizada donde la distribución se hace en bicicleta desde la bodega privada de cada empresa. Así las cosas, la bicicleta se carga con la mercancía para luego hacer los recorridos de entregas a los clientes finales. Este funcionará con tres empresas en las localidades de Usaquén, Engativá y Teusaquillo.
Para el segundo modelo, la idea es poner a prueba un esquema colaborativo a través de la instalación de una plataforma de cross-docking en la localidad de Chapinero. Bajo este, los camiones de las empresas parten desde sus centros de distribución, usualmente ubicados en la zona industrial o a las afueras de Bogotá, y llegan a estos “muelles” para transferir las mercancías a las bicicletas eléctricas. La ventaja de este, señala el comunicado de la Secretaría, es que reduce la distancia entre el producto y el cliente final.
A la par que se hacen ambas pruebas, se estarán midiendo indicadores de operación logística, variables ambientales, sociales y económicas para determinar de forma precisa cuáles son los impactos y necesidades específicas de cada uno. Al final, dicha información se usará para hacer los ajustes necesarios de forma que ambos se mantengan sostenibles en un contexto local. “Eventualmente serían replicados en otros barrios, localidades y escalado en otras ciudades”, dice el anuncio.
El proyecto significaría un gran aporte a la capital, que en un año normal, como 2019, termina siendo considerada como la ciudad más congestionada del mundo, con 191 horas per cápita (aproximadamente ocho días) perdidas en trancones que avanzan en promedio a 14 km/h, según el más reciente Índice Global de Tráfico de la firma de análisis de datos INRIX.
De funcionar como la Secretaría espera, también generaría un avance en cuestiones de seguridad vial, teniendo en cuenta que durante el año pasado, de acuerdo con la agencia encargada del tema, en Bogotá se presentaron 6.971 lesionados y 523 víctimas fatales por accidentes viales, de las cuales 248 fueron peatones, 167 motociclistas y 66 usuarios de bicicletas.
Ni qué decir de los niveles de calidad del aire, que para el año pasado llevaron al Distrito a entrar en estado de alerta amarilla por la calidad del aire en varias ocasiones y que, según el concejal Julián Rodríguez, es la causa del 10,5 % del total de las muertes al año.
Por todo ello, el secretario Estupiñán concluyó que todas las mediciones y resultados del piloto se publicarán en la página de la Secretaria de Movilidad.
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