La mañana de este 9 de diciembre, los habitantes del barrio Santa Cecilia Baja, localidad de Usaquén, en el norte de Bogotá, despertaron con una noticia que hoy tiene en conmoción a las autoridades en la capital: una pareja, al parecer de ciudadanos extranjeros, habría decapitado a más de 30 animales en los que podrían ser rituales satánicos.
Se habla de gallinas, conejos, patos e incluso una cabra que habrían sido víctimas de este acto de maltrato animal sin precedentes en Bogotá. Los cadáveres de los animales, algunos sin órganos, de acuerdo con las primeras versiones, fueron hallados en el cuarto de basuras de un edificio de apartamentos en el norte de Bogotá.
Los registros de las cámaras de seguridad de la propiedad horizontal fueron fundamentales en el momento de detectar las conductas sospechosas de los ocupantes del apartamento involucrados en el hecho, según las autoridades.
Los videos evidencian cómo, en una caja de cartón, una mujer lleva a los animales vivos al interior de su apartamento. También permiten observar a un hombre sacándolos, muertos ya, al cuarto de basura.
La teoría de que los actos de violencia se daban en el marco de un ritual satánico o de brujería tomó fuerza al conocerse que en el bote de basura había velas y figuras extrañas.
El inmueble presuntamente es propiedad de un oficial en retiro de la Policía Nacional, quien, por medio de una compañía inmobiliaria, lo arrendó a una pareja de médicos extranjeros, sindicados del crimen. Pero esta infomración aún no ha sido confirmada por las autoridades.
De comprobarse que, en efecto, la pareja mato a los animales, podría pagar entre 12 y 36 meses de prisión, además de una multa de entre cinco y 60 salarios mínimos mensuales legales vigentes, de acuerdo con articulo 5 de la Ley 1774 de 2016, en la que, entre otras, se establece que los animales son seres sintientes.
“El que, por cualquier medio o procedimiento maltrate a un animal doméstico, amansado, silvestre vertebrado o exótico vertebrado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud o integridad física, incurrirá en pena de prisión de doce (12) a treinta y seis (36) meses”, es lo que dice el artículo 5 de dicha Ley.
El maltrato al que se hace referencia es por intencionalidad, es decir, el de arremeter de forma deliberada contra los animales, “con la intención de lastimar el organismo de forma física o psicológica”. En la Ley, también se contemplan condenas por negligencia, es decir, las incapacidad de un amo para cubrir las necesidades de su mascota.
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