A finales de julio de 2016 se registró la muerte de Sara Ramírez Bonilla, una joven colombiana con nacionalidad estadounidense de 22 años que perdió la vida en extrañas circunstancias en el hotel Villas del Palmar de Cancún, México.
La versión oficial entregada por las autoridades mexicanas en agosto de 2016 da cuenta de un posible suicidio de la joven tras haber caído del octavo piso del hotel donde se alojaba.
Sin embargo María Claudia Bonilla, madre la joven muerta, aseguró al periódico colombiano El Tiempo que sobre el caso de su hija aún quedan muchas dudas pendientes por aclarar, pues las autoridades mexicanas no le han podido dar una explicación sobre qué pudo ocurrir en realidad con Sara:
Tengo documentos de todo. Fui a la Fiscalía en la embajada de México, a todas partes y nunca me dieron ninguna razón, ni en la Procuraduría de México, nada. Estoy igual que hace cuatro años
Bonilla dice que es muy difícil para ella creer que su hija se haya suicidado, pues dice que es bastante sospechoso que ella se haya quedado sola unos minutos en la recepción del hotel mientras Antonio Digiore, joven de la misma edad de nacionalidad venezolana y novio de la víctima, subió a la habitación para ‘arreglarse’ con motivo de planes que tenían para esa noche después tras haber pasado todo el día en la piscina.
Según la madre de la víctima, después de que Digiore subiera a la habitación, Sofía desapareció. Su novio la buscó en varias partes del hotel, la llamó al celular y le envió mensajes de texto, pero no encontró respuesta. Al parecer, la pareja de la colombiana no recibió ayuda de las personas del hotel porque “le dijeron que estaban muy ocupados”.
La hipótesis que maneja la madre de Sara es que a ella la intentaron meter a una red de trata de personas en Cancún y tras liberarse de sus posibles captores la asesinaron fracturándole el cuello y lanzándola por el balcón del hotel.
Todo es muy raro, yo creo que a mi hija la iban a meter a una red de trata, es todo muy extraño
Lo que más hizo sospechar a los seres queridos de la víctima fue que a las 3:00 p.m. del sábado 30 de julio María Claudia Bonilla se comunicó telefónicamente con el hotel para ubicar a Sara y a su novio, pero luego se enteró de que en realidad a esa hora las autoridades forenses ya habían hecho el levantamiento del cuerpo sin vida. Además, cuando ella le marcó al teléfono de su hija la llamada fue contestada por un miembro de la Policía.
Problemas e irregularidades para recibir el cuerpo de Sara
El proceso del duelo ha sido bastante complicado de llevar para los familiares, teniendo en cuenta que aun sin conocer las causas de la muerte de la colombiana en el hotel de Cancún. María Claudia Bonilla viajó hasta Cancún en compañía de su pareja para poder sacar el cuerpo de Sara y darle sepultura, sin embargo no les permitieron recibir el cadáver hasta pagar una suma de dinero.
En México no nos querían atender (era el domingo 31). Nos dijeron que solo podíamos llevarnos el cuerpo de mi hija si lo cremaban. De lo contrario, nos iba a tocar esperar 20 días. No hubo tiempo de hacer un examen para saber las causas de su muerte
Por su parte, Antonio Digiore pareja de ese momento de la víctima, se comunicó con el padre de Sara para informarle que policías mexicanos le estaban exigiendo el pago de un dinero, advirtiéndole que si no enviaba la suma acordada, no le entregarían el cuerpo de su hija.
En cuanto nos dijeron que la plata se había girado, apareció el médico de la morgue y procedieron con la entrega del cuerpo
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