La magnitud de Iota, a su paso por el archipiélago de San Andrés, alcanzó tal devastación y fuerza que fue capaz de arrastrar un buque que estaba en el muelle de Providencia hasta dejarlo atascado entre esa isla y la de Santa Catalina.
El navío que contenía una gran carga de hidrocarburos era un gran riesgo ecológico, hasta que el domingo pasado fue desencallado en un trabajo conjunto entre el Ministerio de Ambiente, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y la Armada Nacional.
“Tenía 3.000 galones de ACPM y el huracán lo chocó contra un edificio que estaba en el muelle. Luego lo encalla entre Santa Catalina y Providencia”, explicó el viceministro de Ambiente, Francisco Cruz.
Ante la situación, se comenzó a planear cómo se realizarían las labores de rescate para poder desencallar el buque lo más pronto posible y evitar un derrame del hidrocarburo en el mar.
“Era un tema crítico. Buzos de la Armada Nacional se sumergieron para revisar el estado del buque y para observar en qué estado estaba el sedimento que arrastró el navío en el fondo marino. Posteriormente se hizo la maniobra para poder desencallar este buque y garantizar que no existiera ningún riesgo de derrame de estos 3.000 galones de ACPM”, explicó el Viceministro.
De esa forma lograron ponerlo de nuevo a flote el domingo pasado y evitar daños en el ecosistema del archipiélago.
“Luego de esta labor coordinada, el buque fue desencallado y remolcado. En este momento está flotando en aguas tranquilas y afortunadamente ha pasado el riesgo. Esto es una muy buena noticia para Providencia”, concluyó el funcionario.
Concertación para la reconstrucción de viviendas en Providencia
Entre tanto, el pasado fin de semana se llevó a cabo una reunión de mesas de trabajo entre la comunidad isleña de Providencia y representantes del Gobierno Nacional para llegar a acuerdos en lo que se refiere a la reconstrucción de las viviendas que fueron arrasadas tras el paso de Iota.
Lo que se busca con este diálogo con las comunidades es que las nuevas edificaciones cumplan con los estándares de infraestructura sismorresistente y anticiclónica, pero manteniendo las características arquitectónicas tradicionales de Providencia.
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En este primer acercamiento participaron la Gerencia para la Atención y Reconstrucción de San Andrés, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Vivienda, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), como también la Sociedad Colombiana de Arquitectos, y constructores de la isla.
Por parte de la comunidad isleña participaron líderes sociales, comunales, religiosos, de las comunidades negras, y de los raizales, que se integraron en cinco mesas de trabajo.
“Nosotros estamos enfocados en que la reconstrucción del Archipiélago no debe ser solamente en materia de infraestructura, sino que también se debe hacer una reconstrucción desde el punto de vista social y para esto requerimos la participación de la comunidad”, afirmó Lyle Newball, gerente Local y Social de la Gerencia para la Atención y Reconstrucción de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Por otro lado, ya casi se tiene el consolidado del balance de los daños en la infraestructura isleña, en el que se ha avanzado en un 65 por ciento, según explicaron en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
“El proceso de evaluación nos entrega varios resultados: el grado de afectación de las viviendas, que puede ser leve, moderado o severo. Las necesidades para la reparación o reconstrucción de la infraestructura, y el tipo de materiales que se deben utilizar, y con los que se consolidará el Banco de Materiales para que el Ministerio de Vivienda adelante el proceso de reconstrucción”, aseguró Eduardo José González Angulo, director General de la UNGRD.
De acuerdo con esta entidad, han sido evaluadas 1.295 viviendas en Providencia, de ellas 621 tienen sus cubiertas afectadas, 596 sufrieron colapso total y 78 no tienen daños.