Lo confirmó su directora, Julia Miranda, a la redacción de medio ambiente del diario El Tiempo de Bogotá: el Parque Nacional La Macarena, ubicado en el departamento del Meta, y famoso mundialmente por su río de los cinco colores, Caño Cristales, recibirá público a partir del 12 de diciembre del año en curso.
El anuncio se dio a menos de una semana del asesinato del coordinador regional de Cormacarena y defensor de Caño Cristales, Javier Francisco Parra Cubillos, a manos de dos sicarios en el territorio que la funcionaria ordenó reabrir para la temporada de final de año.
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Las razones de Parque Nacionales
En principio, la reapertura del parque es el resultado de una labor consensuada en términos de seguridad por parte de las Fuerzas Militares y la Gobernación del Meta, luego de que Mindefensa reaccionara ante el asesinato del líder medioambiental anunciando una recompensa de 300 millones de pesos por información que condujera a la captura de los autores del crimen.
Con este compromiso, según Miranda, la activación del parque, cuya apertura estaba comprometida para este mes, pasa por la vinculación de Cormacarena así como de los operadores turísticos en La Macarena que deben reactivar sus ofertas para traer al público entusiasta del turismo ambiental.
Los peros de la reapertura
Sin embargo, dos son los factores que impiden un regreso como el que espera Parques Nacionales.
De una parte, el dilema de la seguridad que, pese a la presencia de las Fuerzas Militares, parece no estar del todo garantizado; y, por otra, el factor climático, dado que La Macarena, a diferencia del país, por sus condiciones ambientales, está en una temporada seca, lo que afecta al cauce de su principal atracción: Caño Cristales.
Para Miranda, 2020 ha sido un “año difícil” en cuanto a seguridad, con un inventario de una cabaña quemada, robo de equipamiento y el asesinato de Parra; además, estuvo presente el elemento pandémico que forzó a los guardas a retirarse de la zona para asumir sus labores desde el teletrabajo.
Sin embargo, considera que desde el anuncio presidencial y el involucramiento de las Fuerzas Armadas con la seguridad, la situación ha cambiado lentamente, lo que asegura el cumplimiento de apertura, pactado con meses de antelación.
Difieren los operadores de turismo, quienes proveen la oferta de público para los parques.
En conversación con el diario bogotano El Tiempo, uno de ellos constató que, en efecto, 2020 ha sido un año difícil en el que han tenido que subsistir con sus ahorros dado que la seguridad ha obligado a 15 de los 20 operadores del Parque a retirarse mientras mejoran las condiciones para ejercer el ecoturismo en la zona.
Además, subraya, que no solo ellos corren riesgos, sino que también lo sufrirían los turistas, especialmente extranjeros, que visitan este atractivo natural amazónico. Lo anterior, sumado al fenómeno ambiental, complica el escenario para los siguientes días, claves para una zona que, pese a la violencia, había ganado visibilidad por sus aguas de colores y su fauna amazónica.