Jackson Martínez le puso punto final a su carrera en el fútbol profesional. Así lo dio a conocer el comentarista deportivo Santy Martínez, por medio de su cuenta de Twitter. “Decisión consensuada con su familia. Llegó la hora del retiro. Nos regaló muchas alegrías, alcanzó los sueños con disciplina y seriedad. Buena persona. Ídolo rojo. Muchas gracias”, escribió. ‘Cha Cha Cha’ decidió colgar los guayos a los 34 años; la lesión crónica que sufrió en uno de sus tobillos le impidió brillar en los últimos años de su carrera.
El oriundo de Chocó inició su camino en el balompié vistiendo los colores de Independiente Medellín, en 2004. Con el ‘poderoso’ fue figura en el título del Finalización de 2009, campeonato en el que marcó 18 goles y estableció el récord, en ese entonces, como el futbolista con más anotaciones en la historia de los torneos cortos.
Su rendimiento le aseguró el tiquete al fútbol del exterior, se marchó a México para jugar con Jaguares de Chiapas. El ariete siguió brillando en el balompié ‘manito’ y dio el salto a Europa, en 2012, donde se convirtió en referente del Porto. Con el conjunto lusitano conquistó tres títulos, ganó dos veces la Supercopa y en una oportunidad la Primeira Liga. En sus tres temporadas con los ‘dragones azules’, superó la veintena de goles en todas, sumó 94 en total y se adjudicó el galardón de ídolo.
Las anotaciones le permitieron vestir los colores de la ‘tricolor’, lo hizo en tres clasificatorias, dos Copas América, 2011 y 2015, y la cita más importante de todas, la Copa del Mundo de Brasil 2014, evento en el que le marcó un doblete a Japón.
En 2015, el ‘cholo’ Simeone lo llevó al Atlético de Madrid, pero los goles fueron escasos; Martínez solo pudo inflar la red tres veces y eso le costó su salida. Ese mismo año empezó el calvario del chocoano, por cuenta de las lesiones; durante un partido entre Chile y Colombia, en el camino a Rusia 2018, tuvo que retirarse por un esguince de tobillo.
Al año siguiente, ya jugando para el Guangzhou Evergrande, del balompié chino, recayó y se sometió a dos intervenciones quirúrgicas para poder regresar. Su problema físico fue una tortura y volvió a encontrar continuidad en su arribo al Portimonense, para la temporada de 2018/2019, donde jugó 27 partidos. Sin embargo, los dolores no desaparecieron.
“Es una lucha diaria. Cada entrenamiento, cada instante en que me meto en la cama para dormir. Casi todas las madrugadas mi sueño es interrumpido por alguna molestia en el pie (…). Las prácticas no son fáciles, no puedo hacerlo por dos o tres días seguidos. Quería trabajar normalmente todos los días, pero los médicos y el fisioterapeuta me aclararon que era imposible. Sigo un programa específico”, le relató al diario Record, al inicio del año pasado.
En su segunda temporada con el club, anotó dos veces, pero no pudo evitar que el club descendiera, al final del campeonato de 2019/2020. Allí terminó su paso por el fútbol europeo y renació el anhelo de terminar su carrera en el Independiente Medellín, equipo de sus amores; algo que no se materializó. Finalmente, tomó la decisión de ponerle punto final a su historia de goles y, en el futuro, no descarta la posibilidad de pararse detrás de la raya, al mando de equipos de divisiones inferiores.
“Yo no me veo como entrenador de un equipo profesional, pero otros dijeron lo mismo y hoy lo son (…). Ahora bien, no descarto ser entrenador de formación para inyectar a los jóvenes la pasión por el fútbol y también para mostrarles la realidad frustrante que muchas veces tiene el fútbol”, le confesó al Diario AS, unos días atrás.
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