El próximo 4 de diciembre se conmemoran cuatro años del cruel asesinato de Yulina Samboní a manos de Rafael Uribe Noguera, quien la secuestró, violó y mató en el apartamento Equus 66, ubicado en Bogotá.
Luego del crimen, muchos creerían que la familia de la menor recibiría una indemnización por lo ocurrido, pero hasta la fecha no han visto plata o ayudas que permitan mitigar el dolor que ocasionó la muerte de su pequeña hija.
En febrero de este año, la Agencia de Periodismo Investigativo (API) habló con el padre de Yuliana sobre las ayudas prometidas del Gobierno y las autoridades competentes.
Juvencio Samboní dijo que muchas de esas promesas “no fueron ciertas” e incluso contó que la persona que le prometió un lote en Popayán nunca cumplió.
Lo otro, cuando hubo la condena del señor Rafael Uribe Noguera, se decía en medios que iban a indemnizar y que el señor tenía que pagar una multa como de $800 o $1.000 millones, y que eso iba a ser para la familia. Eso tampoco fue verdad, porque era una multa que cobran para el Estado y no para nosotros.
Debido a que muchos creyeron que había recibido esa supuesta indemnización, nadie quería contratarlo para trabajar en el departamento del Cauca, a donde se trasladaron.
Lo único que recibieron por parte del Ministerio de Agricultura fueron 30 gallinas, 200 ladrillos y unos bultos de cemento para que construyera un corral.
Mientras tanto, el asesino de Yuliana, celebró hace un tiempo que pudo rebajar algunos meses de los 58 años que pasará en prisión por “buen comportamiento”, gracias a que trabaja en prisión.
También se conoció, que está en la pelea por obtener 12 beneficios ante un juez como seguridad, la visita del juez de garantías una vez al mes, posibilidad de obtener más descuentos en su pena, un colchón ortopédico, ventiladores y pintura para su celda, entre otros.
De acuerdo a testimonios ofrecidos al diario El Tiempo, el pabellón donde se encuentra el confeso asesino es llamado “Del Horror”. Allí han habitado criminales, violadores y asesinos como Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, el sicario más conocido y de confianza del capo colombiano Pablo Escobar.
Uno de los guardias del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) habló con el periódico colombiano y le reveló que las medidas de seguridad que tiene el violador de Yuliana en la cárcel valduparense son especiales. Asegura que el hombre no puede compartir con los demás internos, no puede salir de su celda y lo tratan como a “Garavito y los internos de alto perfil del penal”. Luis Alfredo Garavito, es uno de los violadores y asesinos más ‘conocidos’ en Colombia por su escabroso prontuario delictivo. A cuestas lleva la violación y muerte de casi 200 niños.
En primera instancia, el asesino de la menor de edad fue internado en la cárcel La Picota, al sur de la capital colombiana. Sin embargo, por constantes atentados en su contra por parte de sus compañeros de prisión, tuvo que ser trasladado a La Tramacúa, donde paga por su pena actualmente.
La Tramacúa tiene al menos 1.485 presos y se encuentra bajo el incesante calor que caracteriza a la denominada ‘capital del vallenato’, al menos 40 grados centígrados. En ese ‘infernal’ ambiente, el asesino de Yuliana Samboní, de acuerdo con información suministrada a El Tiempo, pasa sus días realizando maquetas, planos y artesanías con las que busca reivindicarse por el macabro crimen que cometió en un exclusivo barrio de la localidad de Chapinero en 2016.
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