La Fiscalía General de la Nación le imputó cargos por los delitos de abuso de función pública y prevaricato por acción agravada a María Inés Sánchez, exjuez de la República quien ejercía en Bucaramanga, Santander.
Según el ente acusador, en 2018, Sánchez, en ejercicio de su cargo como juez, dejó en libertad a un ciudadano alemán de nombre Miro Niemeier Rizvanovic. El extranjero estaba acusado de narcotráfico y, presuntamente, estaba vinculado con el clan del Golfo para el envío de estupefacientes a Europa.
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Alias ‘El Ruso’ se consideraba hombre de confianza y con estrecha cercanía al jefe máximo de la organización criminal colombiana, Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’. Rizvanovic era el presunto responsable de enviar cocaína de Colombia a Europa y contaba con vínculos con la mafia italiana Ndrangheta, el entramado criminal más temido de Europa.
Según la Fiscalía, para liberar a Rizvanovic, Sánchez, como juez quinta de función de control de garantías y como coordinadora del Centro de Servicios Judiciales para el Sistema Penal Acusatorio de Bucaramanga, se excedió en sus facultades.
“Sánchez Castellanos asumió el conocimiento, trámite y resolución de la solicitud de sustitución de medida de aseguramiento privativa de la libertad por vencimiento de términos en favor de un ciudadano alemán, señalado de pertenecer a una organización criminal trasnacional de tráfico de estupefacientes”, explicó el ente acusador. Además, afirmó que dicha investigación se encontraba en etapa de juicio por parte de un juzgado en Medellín, fuera de su área de competencia, e intercedió para dejarlo libre.
Rizvanovic contaba con circular roja de Interpol y fue capturado en 2017 en territorio italiano. Requerido por la justicia colombiana después de una fuga, fue extraditado a Colombia. De forma insólita, quedó en libertad después de cinco meses por la acción de Sánchez.
En el delincuente recaían los delitos por concierto para delinquir y tráfico, fabricación y porte de estupefacientes. Rizvanovic confesó, capturado en Italia, que pagó 400 millones de pesos para ser diagnosticado falsamente con cáncer y fuera remitido a prisión domiciliaria.
La Ndrangheta en Colombia
Alonso Álvaro, capturado en 2019, llamado “Pablo Escobar italiano”, visitaba Colombia con frecuencia. Su detención supuso un golpe poderoso para el clan criminal que lidera la Ndrangheta, la mafia más peligrosa del mundo, conformada por cinco hermanos italianos que controlan el tráfico del 80% de la coca de Europa con operaciones en España, Francia, Malta, Bélgica, Alemania, Eslovaquia, Suiza, Países Bajos, Albania, y Reino Unido.
Según la revista Semana, Alonso Álvaro, el menor de los cinco hermanos, capturado cuando se disponía a traficar 368 kilos de cocaína colombiana en un velero con destino a Génova, Italia, acompañado de un vuelo cargado de 935 millones de Euros para pagar la droga que había adquirido en el país.
El hombre, que llegó a Colombia en marzo de 2019 y se infiltró en la zona selvática de Colombia, en el Catatumbo, para negociar con una guerrilla respecto al tráfico de drogas hacia Europa, fue capturado bajo la operación ‘Buon Vento Genovese’ o en español ‘Buen Viento Genovés’, que tuvo la ayuda de la Policía Nacional de Colombia que llevaba dos meses siguiéndole la pista con la ayuda de la DEA, la Policía Antinarcóticos y la Dijín.
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