Luego de que el presidente Iván Duque llamara ‘Ratas de alcantarilla’ a los contratistas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar que han sustraido las canastas alimentarias a niños y niñas, voceros de la entidad han insistido en que ‘BETTO’, un algoritmo recientemente implementado en los procesos del ICBF y provisto con inteligencia artificial, ha comenzado la labor de identificación de los contratistas acusados de corrupción, como los niños y niñas que, por procedimientos burocráticos, no accedían a los beneficios de los programas de la entidad.
Cómo funciona el algoritmo
Dado que es un algoritmo que parte de unas indicaciones precisas para, con posterioridad realizar labores autónomas, ‘BETTO’ podrá hacer lo que expertos denominan una trazabilidad entre los distintos sistemas de información de los órganos de control del gobierno colombiano para identificar a los operadores involucrados en este tipo de prácticas.
Es decir, el algoritmo comparará el comportamiento de los registros de operadores entre las distintas bases de datos y con los resultados le permitirá a los analistas del ICBF, como los de Contraloría y Fiscalía, encontrar con mayor precisión a quienes se roban la alimentación de los niños y niñas de Colombia.
Además de la trazabilidad que realiza entre bases de datos, el algoritmo tiene una función atractiva que consiste en devolver “resultados en tiempo real”, esto significa que los analistas de información comprometidos en el proceso investigativo podrán comparar distintas evidencias recopiladas y contrastarlas con las que devuelve el algoritmo ‘BETTO’ para deducir si sus premisas son correctas.
Por ejemplo, ‘BETTO’ podría comparar los distintos índices de desempeño de cada operador, que son los que el ICBF tiene en cuenta cuando realiza las asignaciones destinadas a suplir las canastas alimentarias en los menores, y determinar si presenta inconsistencias entre una oferta inicial y los resultados de ésta. Además de cruzar estos valores con el rendimiento del operador en terreno, entre otros factores.
De esta forma, ‘BETTO’ realizará labores de depuración de bases de datos, sin esperar, por ejemplo, una depuración manual de un funcionario, o tan siquiera la orden para ejecutar dicha acción, ya que su Inteligencia Artificial habrá cubierto ese proceso con la velocidad que le otorga el procesamiento de datos.
Tecnología y gobierno: una labor en construcción
El software, que contó con el apoyo del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, Unicef y de empresas de informática internacionales, para la formulación y adquisición de la herramienta, ha estado apoyado técnicamente por el Grupo de Delitos Informáticos de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación.
Como se resaltó al inicio de este artículo, uno de los logros de ‘BETTO’ en su corto periodo de prácticas fue la priorización de 161.500 niñas y niños, sin acceso a la educación inicial además de contar con altos índices de pobreza multidimensional.
Labor realizada de manera autónoma, siguiendo criterios de operación introducidos por especialistas en programación de la entidad.
En tanto el escándalo de corrupción alcanza cotas de indignidad más altas, ‘BETTO’ se incorpora al componente tecnológico de una entidad que, hasta hace poco, aparentaba estar distante de este tipo de situaciones tecnológicas.
Junto con la aplicación BienestarApp, la apuesta gubernamental de dar un paso tecnológico parece firme, luego de que el presidente Duque afirmara que Corona App era la aplicación más descargada de la historia del país con 13 millones de unidades en las tiendas.