El pasado 30 de noviembre, la capitanía del puerto de Barranquilla anunció que los buques con un calado superior a los 8 metros no podrían ingresar a la zona portuaria.
Inmediatamente, la Asociación Portuaria de Barranquilla, el gremio que representa a los empresarios del puerto, recordó que, en el último mes, se había reducido en 22% el tráfico en la terminal marítima y acusó a la draga china Hang Jun 5001 de estar trabajando " a medias, con rendimientos muy bajos”.
El representante por el departamento del Atlántico César Lorduy, aseguró en el momento que con un calado de 8 metros, la zona portuaria de Barranquilla “prácticamente estaba cerrada, lo que, obviamente, generará toda clase de perjuicios en contra de la ciudad”.
La preocupación de los dirigentes del departamento del Atlántico por la operación del puerto más importante de la región se remonta al año anterior, cuando la Financiera de Desarrollo Territorial, entidad estatal que aporta recursos para proyectos en las regiones, y Cormagdalena, la encargada de recuperar la navegación y la actividad portuaria en el departamento, firmaron un contrato con el consorcio Shanghai-Ingecon, integrado por la firma china CCCC Shanghai Dredging Co (propietaria del 70%) y la colombiana Ingecon S.A. (30%), mediante el cual, este último se comprometía a remover 1.865.000 de metros cúbicos de sedimentos para alcanzar un calado mínimo de 10,2 metros, y así facilitar la operación de los barcos en el canal de acceso del puerto de Barranquilla.
Sin embargo, y a pesar de los millonarios recursos invertidos (unos 35.600 millones de pesos colombianos, más de nueve millones y medio de dólares), casi un año después de que comenzará a trabajar la draga el puerto no ha podido operar normalmente y tanto gremios como dirigentes políticos aseguran que el consorcio chino no está cumpliendo con el contrato.
La crisis actual
Lucas Ariza, el director de la Asociación de Puertos del Atlántico, confirmó que las restricciones en el ingreso al canal golpean la competitividad del puerto, las navieras y los clientes. “No sabemos por qué el contratante no exige el cumplimiento de ese contrato”, aseguró el directivo gremial, según el diario El Heraldo.
“Es una situación muy crítica que no corresponde a tener en la ciudad una draga trabajando hace ocho meses. El 85 a 90% de la carga transita aguas abajo hacia más terminales que están después del kilómetro 11, así que básicamente estamos llegando a la parálisis del puerto”, afirmó Ariza, según Caracol radio.
El directivo criticó la actuación de la draga. “La draga tiene rendimientos que son demasiado bajos y eso lo hemos alertado al interventor, a Findeter, pero no vemos que tomen medidas. Están haciendo unos ciclos que no corresponden con la realidad, el nivel de emergencia y la necesidad que tiene el Puerto”, aseguró el empresario y sostuvo que, a pesar de las peticiones de la dirigencia, aún no ha habido respuesta alguna por parte de los responsables chinos de la draga.
Afectaciones económicas
Durante una cesión plenaria en la Cámara, el representante César Lorduy aseguró que las dificultades en el puerto de Barranquilla podrían generar graves dificultades económicas en la región. “El puerto, y toda la cadena asociada a esta actividad, genera cientos de empleos y miles, si se miran a las empresas que reciben o producen la carga”, aseguró el congresista de Cambio Radical, quien agregó que “un puerto con calado de 8 metros o menos deja de ser atractivo para importadores y exportadores, pues las ineficiencias en los costos lo hacen poco competitivo”.
El político concluyó que la capital del Atlántico no puede darse el lujo de perder empleos y dejar de recibir los tributos que genera la actividad portuaria. “Un puerto anticompetitivo y costoso pone en riesgo la llegada de líneas regulares de contenedores, afectando a múltiples importadores y exportadores, que producen o reciben esa carga”, concluyó el representante.
El senador Efraín Cepeda, por su parte, recordó que la operación portuaria es vital para la recuperación económica que está adelantando el país. “Un 22% de reducción de tráfico representa pérdidas millonarias y un duro golpe a la competitividad. El nuevo contrato en el 2021 debe ser por calado y se debe exigir cumplimiento”.
Cormagdalena, la entidad encargada del contrato, explicó que la draga china trabajó la semana pasada en el sector de Bocas de Ceniza, donde se registró una alta sedimentación; el domingo reanudó los trabajos en otro de los puntos críticos y se espera, según la corporación, que en los próximos días se restablezcan las condiciones para el ingreso normal de embarcaciones al Puerto de Barranquilla.
Por su parte, el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, en su cuenta de Twitter también se mostró preocupado por la situación del canal de acceso al puerto; aseguró el mandatario que la competitividad de la ciudad está en riesgo y anunció que tanto Cormagdalena como el Ministerio de Transporte se comprometieron “a actuar con celeridad en beneficio de la ciudad y el país para garantizar la navegabilidad”.