En medio del crecimiento de licencias para iniciar operaciones en el país, así como la consolidación de tres grandes jugadores extranjeros en la producción legal de cannabis destinado para uso medicinal, la iniciativa del senador Juan Manuel Galán, Procannacol, será la primera en velar por el acceso a medicinas para pacientes terminales a precios justos en el país.
Procannacol, que pretende sentar en una mesa a productores, cultivadores, empresarios y Academia, surge en momentos en que una iniciativa radicada en el concejo de Bogotá pretende aprovechar el tirón que la Ley 787, liderada por Galán, generó en este tipo de cultivos lícitos.
Esta ley de la república facilitó el acceso a medicamento con contenidos de cannabis para pacientes con enfermedades terminales en Colombia y ha supuesto un cambio de paradigma en la percepción de una industria cuya materia prima es considerada “tabú” en la discusión pública.
El crecimiento industrial del cannabis
Según Fedesarrollo, los ingresos proyectados de la industria del cannabis medicinal en Colombia alcanzarán valores entre $1.532 millones y $3.065 millones USD para la década del 2030. Además, generaría 41.748 empleos, de los cuales 26.968 estarán ubicados en el campo.
Es más, la profusión de licencias, desde la aprobación de la ley, apunta a un boom de actores, que consideran las condiciones geográficas del país como el elemento clave para el inicio de sus empresas.
Hasta 2020, y sin importar las restricciones de la pandemia, en el país se han gestionado más de 1000 licencias para la fabricación de derivados, el uso de semillas para la siembra, el cultivo de cannabis psicoactivo y el cultivo de plantas no psicoactivas.
Sin embargo, las empresas que han invertido en esta industria de futuros están conformadas por inversionistas extranjeros, especialmente de Canadá, cuyas legislaciones han avanzado en la implementación del cultivo legal del cannabis destinado a la medicina.
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Como actores preponderantes en este negocio se encuentran Cleaver Leaves y Aviccana y Pharmacielo.
La primera, con asentamientos en Boyacá, capital semilla de 20 millones de dólares y reconocimientos por sus buenas prácticas, tiene como uno de sus logros más destacados la extracción de 10.000 kilogramos por planta seca año, que inciden en la producción de medicamentos especiales.
Por su parte, Avicanna, aporta 250 empleos locales y cuenta con un capital semejante al de Cleaver. La diferencia entre una y otra es el posicionamiento geográfico, que incide en la calidad del producto.
Y Pharmacielo, quien es la líder del mercado, con 12 invernaderos al aire libre, cuenta con producción de 360.000 kilogramos anuales de planta seca para producción de medicamentos.
Las cartas sobre la mesa
La llegada de Procannacol permitirá que estas empresas, así como las PYMEs, cuenten con un espacio de acompañamiento y de interlocución ante otros actores, además de consolidarse como un actor fundamental para la reactivación económica que busca el país luego de la pandemia por el coronavirus.
Galán, quien es su presidente honorario, subraya el impacto social que dicha industria tendrá en varios sectores de la economía nacional, como la agroindustria, el emprendimiento e incluso la seguridad.
Así mismo mantiene en claro que la asociación busca el impacto en el campo de los derechos humanos y la salud de los pacientes, por eso insiste en que el mercado del cannabis medicinal debe estar regido por prácticas de inclusión, precios justos y estándares internacionales de calidad, sin descuidar el marco científico en torno a los avances en el cultivo de cannabis en el territorio.
La asociación, cuya meta es el uso incluyente, regulado y con precios justos del cannabis medicinal para pacientes, será presentada en el marco del II Summit de Emprendimiento Social en Colombia RECON 2020, el próximo jueves 3 de diciembre.