Jairo Castillo, un exparamilitar de 50 años que salió exiliado del país en 2004 por su colaboración con la justicia, es conocido como el hombre que inició, en Colombia, las revelaciones de las alianzas de políticos con el paramilitarismo, tanto así, que la Corte Suprema de Justicia lo considera testigo veraz en las investigaciones contra Álvaro ‘El gordo García’ y Salvador Arana, exgobernador de Sucre, a los cuales, en entrevista con la W Radio, señaló de ser los autores intelectuales de la muerte de la fiscal Yolanda Paternina, asesinada el 29 agosto del 2001 por sus investigaciones de la masacre de El Chengue, en la que fueron asesinados 28 campesinos.
Según el testimonio de Castillo, la fiscal perdió la vida porque él le contó todo cuando se encontraba en el programa de protección a testigos. Además, el exparamilitar señaló, durante la entrevista a la emisora, que, “cuando mataron a la fiscal, yo tenía una protección liviana, desde entonces tuve una protección intramural, la cual parecía la cárcel, así duré un año y gloria a Dios eso me salvó, pero lastimosamente no se hizo justicia, no se castigaron a los que debían ser, y 19 años después el caso sigue impune.”
Para Castillo, las entidades investigativas del Estado se centraron en la expropiación de tierra e inmuebles de los parapolíticos, los procesos se fijaron en los terrenos e inmuebles, “pero en realidad no se fueron al centro de la verdad, la cual es ¿por qué mataron a la fiscal Paternina?, ¿por qué mataron a varios investigadores del CTI?, quienes me protegieron y sacaron de Sincelejo”, manifestó el exparamilitar.
“Como yo me opuse a la masacre, entonces ya querían asesinarme a mí”, afirmó Castillo, argumentando que él le dijo a su jefe, en aquel entonces, que en El Chengue, en jurisdicción de Ovejas (Sucre), no había guerrilleros, por lo que no era necesario arremeter contra dicha población.
Tras sobrevivir a un atentado contra su vida, fue trasladado a una clínica, hasta donde llegó la fiscal Paternina, quien le ofreció protección a cambio de información, desde ese día empezó a revelar toda la información que sabía por su desempeño en los grupos paramilitares.
Castillo señaló en la entrevista que todo el mundo sabía que a la fiscal la querían matar. “Yo le entregue audios a la Fiscalía, da lástima y dolor que hoy en día no se ha hecho nada por la muerte de esta fiscal y la muerte de los investigadores.”
“Porque no le hicieron daño a ningún familiar, porque yo le hice llegar una copia de esos audios a mis enemigos, Eder Pedraza Peña, alias Ramón Mojana, excomandante paramilitar, y es por ello que pude resguardar a mi familia, hasta que logré sacarlos de Colombia,” reveló Castillo.
En medio de sus declaraciones, Castillo señaló que hubo un fiscal infiltrado que intentó defraudar a la fiscal Paternina, además, le ofrecieron dinero para que desapareciera y no siguiera entregando información, a lo que él respondió que lo iba a pensar, pero luego fue condicionado y amedrentado, lo amenazaron con que si no aceptaba irse, la fiscal iba a ser asesinada.
Tras saber de esa situación, Castillo se comunicó con la fiscal, que se encontraba en Barranquilla, en la casa de sus hijos, y le contó que había planes para asesinarla porque él no había aceptado dinero a cambio de defraudar el proceso en el caso de parapolítica en el departamento de Sucre y afirmar que todo lo declarado eran mentiras.
“Ella pide protección, porque yo soy quien le avisa que la quieren asesinar”, reveló Castillo a la W Radio.
A la pregunta sobre ¿quién le dijo que la fiscal se muere? Castillo le respondió al periodista: “aquí estamos hablando de un comité de sicarios de cuello blanco, Salvador Arana, Álvaro García Romero, Eric Julio Morri, todos los peces gordos que yo había denunciado.”
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