El único error de Negro, un perro de raza mestiza de año y medio de edad, fue obedecer a sus instintos naturales: luego de que persiguiera un rebaño de ovejas, al parecer para “atacarlas”, recibió un disparo de un hombre de 54 años, en una zona rural del municipio de Purificación, Tolima. Sucedió el pasado 17 de octubre.
La bala no lo mató, por fortuna. Sin embargo, debido a la gravedad de la herida, que le generó una hemorragia, el médico veterinario que lo atendió tuvo que amputarle una de sus extremidades. Era eso o que el perro muriera.
Hoy, pese a que camina en tres patas, Negro esta mejor, pero quien lo atacó fue imputado por un fiscal del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma) de la Fiscalía. Así lo afirmó el ente investigador la tarde del pasado 29 de noviembre.
“Con base en labores investigativas adelantadas por personal del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de Purificación (Tolima) y la Policía Nacional, un fiscal del Gelma imputó a un hombre de 54 años de edad como presunto responsable del delito de maltrato animal”, señaló lo Fiscalía.
De comprobarse que, en efecto, el poblador rural de 54 años fue quien le disparó, podría pagar entre 12 y 36 meses de prisión, además de una multa entre cinco y 60 salarios mínimos mensuales legales vigentes, de acuerdo con articulo 5 de la Ley 1774 de 2016, en la que, entre otras, se establece que los animales son seres sintientes.
“El que, por cualquier medio o procedimiento maltrate a un animal doméstico, amansado, silvestre vertebrado o exótico vertebrado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud o integridad física, incurrirá en pena de prisión de doce (12) a treinta y seis (36) meses”, es lo que dice el artículo 5 de dicha Ley.
El maltrato al que hace referencia es por intencionalidad, es decir, el de arremeter de forma deliberada contra Negro, “con la intención de lastimar el organismo de forma física o psicológica”. En la Ley, también se contemplan condenas por negligencia, es decir, las incapacidad de un amo para cubrir las necesidades de su mascota.
Aquiles, el perro que murió luego de ser abusado, otro caso de maltrato animal
El caso de maltrato en contra de Negro no es el único hecho que ha generado indignación de manera reciente. El pasado Halloween, en el municipio de Quinchía, departamento de Risaralda, los habitantes repudiaron la muerte de Aquiles, un perro que, como consecuencia de las heridas generadas tras ser abusado sexualmente, falleció.
Aquiles fue hallado herido en una de las calles del corregimiento de Irra por Valentina Guarín Patiño, una activista de la Fundación Animal Estoy Contigo, quien, al ver su condición de salud, lo llevó hasta una clínica veterinaria de Manizales, donde falleció.
De acuerdo con el cuadro clínico, el perro tenía dilatación anal y sangrado. Además, no controlaba esfínteres, es decir, no tenía la capacidad de controlar la salida de sus heces y su orina. También presentaba un dolor marcado en su columna.
“A las siete y nueve minutos, Aquiles, nuestro guerrero invencible, dio en mis brazos su último suspiro. Empezó a empeorar rápidamente, y fue imperioso darle un descanso digno. El dolor que siento en mi corazón no lo había sentido antes”, fue lo dicho por Valentina Guarín en ese entonces.
Por el hecho, hay una denuncia radicada en la Fiscalía del departamento de Caldas, aunque aún no se han presentado resultados concretos.
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