En lo que va del año 2020, se han presentado por lo menos 12 denuncias en redes sociales que dan cuenta de desapariciones de mujeres en Cúcuta.
Así lo reportó María Ángela Urbina, de la sección ‘Las Igualadas’ de El Espectador en un trabajo conjunto con el diario La Opinión y el Observatorio de Género de Norte de Santander.
Según lo investigado por los medios de comunicación y el observatorio, de todas de las mujeres reportadas en redes como desaparecidas, 7 son menores de edad que habrían regresado a sus casas o que horas después del reporte de desaparición quedaron bajo control del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Pues bien, de acuerdo con el Coronel de la Policía Metropolitana de Cúcuta, José Luis Palomino, de los 12 casos reportados por las autoridades, 10 mujeres ya se encuentran en casa y tras lo indagado por la Policía en los hogares de las personas involucradas hay “situaciones de disfuncionalidad familiar y de mal manejo de emociones”.
Sin embargo, tras conocer los testimonios de familiares, llama la atención que hasta el momento no ha sido sencillo determinar exactamente el porqué de sus desapariciones y lo que pasó con las mujeres durante el tiempo que estuvieron ausentes.
Por otra parte, hay un grupo de denuncias de mujeres que señalan haber sido víctimas de desaparición, luego retornan a sus hogares y aseguran estar bien pero no se puede verificar exactamente si están seguras.
Además hay un tercer grupo de denuncias de niñas y mujeres que desaparecen y nadie tiene información alguna acerca de su paradero.
Así se estarían presentando las desapariciones
La investigación periodística revela 7 casos de niñas cucuteñas entre 10 y 15 años que fueron reportadas en redes sociales como desaparecidas en extrañas circunstancias y durante el tiempo en que no estuvieron presentes, no se supo la causa de su ausencia.
El primer caso relatado trata la historia de una menor que no fue encontrada en casa y de la cual su madre puso una denuncia en Twitter con teléfonos de contacto para informar a la familia ante cualquier hallazgo. Sin embargo, tras la aparición de la menor en un CAI de la Policía al mediodía de la desaparición, ella fue dejada a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y solo hasta las 11:30 p.m. le avisaron a su progenitora que ya la habían encontrado.
La mamá de la víctima declaró que su hija había huido porque no quería vivir más con ella, sino con su papá, pero esa versión le pareció sospechosa a la mamá, pues dice que el señor no suele estar presente.
Otro caso relata la historia de una menor que al parecer le contó a su tía que se había ido de casa para probar suerte como modelo webcam tras la recomendación de una de sus amigas. Duró dos días fuera de su hogar y le dijo a su familiar que la experiencia no había sido la deseada y no había sido capaz de hacer lo que le proponían.
Desapariciones fortuitas en otros barrios de la capital nortesantandereana fueron relatadas a periodistas del diario La Opinión de Cúcuta en donde niñas habrían salido con el pretexto de irse a vivir con sus padres con quienes no suelen compartir.
Asimismo, la investigación muestra denuncias de problemas de comunicación entre familiares y mujeres cucuteñas que abandonaron sus hogares para vivir con sus parejas. Amenazas de estas parejas a los familiares o evasivas a realizar videollamadas estarían evidenciando posibles casos de manipulación de hombres a mujeres que quedan sometidas a las decisiones de otros.
Y entre los casos más preocupantes están las historias de mujeres que salieron de casa y no regresaron desde entonces. Hasta el momento se desconoce si estas personas siguen con vida a la par que las autoridades investigan y logran determinar las causas de estas desapariciones.
Según María Cecilia Ibáñez, abogada de la organización Women’s Link, el contexto de Cúcuta como ciudad fronteriza podría propiciar condiciones de desigualdad en donde se dé el delito de trata de personas:
Es común que las redes de trata se aprovechen de la situación de pobreza para captar víctimas, y Norte de Santander es “perfecto” porque llegan muchas mujeres migrantes en situación de vulnerabilidad. Las redes de trata se aprovechan de eso y ahí terminan captando tanto mujeres migrantes como colombianas
Ibáñez recalca que la vulnerabilidad podría llegar a convertirse en un patrón de testimonios de casos de mujeres en busca de oportunidades para salir adelante en la ciudad. “Si bien en el momento no es posible determinar que este sea un caso de trata, es necesario que las autoridades investiguen qué está sucediendo y revisen si existe un patrón entre los testimonios reportados”, expresó la abogada en entrevista con El Espectador.
Según el Ministerio del Interior, entre 2013 y julio de 2020, en Colombia se han registrado 686 casos de trata de personas, el 82% corresponde a mujeres.
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