La verdad que sigue oculta: 31 años del atentado al vuelo 203 de Avianca

El 27 de noviembre de 1989, Pablo Escobar ordenó poner una bomba en un jet de Avianca que volaba de Bogotá hacia Cali para terminar con el entonces candidato presidencial César Gaviria.

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El 27 de noviembre de 1989, 107 pasajeros del vuelo 203 de Avianca que se encontraban en el Boeing 727-2 de matrículas HK 1803 murieron tras pocos minutos de haber alzado vuelo, producto de una fuerte explosión. El avión, con destino a Cali, despegó a las 7:13 a.m. y cayó hecho pedazos en el municipio de Soacha a las 7:17 a.m., cuando se encontraba superando los 10 mil pies de altura

Se trataba de un atentado contra el entonces candidato César Gaviria, que debía ir en ese vuelo, pero no fue así. En cambio, 107 personas inocentes perdieron la vida a causa del conflicto armado y el narcotráfico que consumía a Colombia, especialmente en ese año.

Aunque Gaviria no estaba en el vuelo, Julio Santo Domingo, cuyo tiquete era el 134 3104125081, y Alberto Prieto, con el 134 3104125080, ocuparían las sillas 15F y 15E. Esos tiquetes fueron comprados tan solo un día antes del vuelo, por alias Memín o Darío Usma Cano, un hombre de confianza de Pablo Escobar, así lo dice el informe de la Fundación Colombia con Memoria, ‘Una mirada del atentado al avión de Avianca: narcotráfico y narcoterrorismo en el conflicto armado colombiano’, que dio a conocer El Tiempo y que será presentado ante la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, para garantizar la verdad a los familiares de las víctimas.

Aunque los tiquetes pertenecían a Julio y Alberto, en realidad al avión solo llegó “Alberto Prieto” quien ocupó el asiento 15F. Aunque no se logró identificar plenamente la identidad del pasajero de ese lugar, tras años de investigación se conoció que Prieto era un hombre entrenado por el mismo Carlos Castaño, líder paramilitar, quien en ese entonces era aliado de narcotraficante paisa.

Supuestamente a Prieto le entregaron un maletín y le dijeron que se trataba de una grabadora, que simplemente debía poner a funcionar cuando estuvieran en el aire, para obtener la conversación de los pasajeros de la fila 14. Cuatro minutos después del despegue, el hombre activó la grabadora, y el avió explotó.

La escena era desgarradora, solo se identificó a las víctimas por el registro que tenía la aerolínea, ya que todos los cuerpos quedaron irreconocibles. En Soacha, solo se veían pedazos de avión, ropa y otros elementos de los equipajes de los ocupantes, cuyos familiares se enteraron de la tragedia al escuchar, uno a uno, sus nombres a través de la radio.

Las 110 personas que estaban
Las 110 personas que estaban en el avión de Avianca, entre pasajeros y tripulación, murieron junto a tres más que estaban en tierra cuando cayeron las partes de la aeronave.

Cuatro años después, Carlos Mario Alzate Urquijo, alias Arete, uno de los hombres de Escobar se acercó a las autoridades y aseguró ser el responsable del atentado y, hasta la actualidad, solo él y alias Quica, quien actualmente sigue pagando su cadena perpetua en Estados Unidos, fueron condenados por este hecho. “Me autoincrimino y asumo la responsabilidad por el atentado al avión de Avianca, (...) era contra el presidente César Gaviria, de quien el cartel de Medellín tenía conocimiento de que viajaría en ese vuelo”, aseguró Arete a la Fiscalía en ese entonces.

Sin embargo, recientemente se conoció que Alzate le habría mentido a Colombia sobre lo que sucedió en la mañana de ese 27 de noviembre, cuando del cielo cayeron pedazos de avión y cuerpos destruidos.

Arete, uno de los sicarios de Escobar más sanguinarios, mintió sobre los hechos de ese día para proteger a uno de sus compañeros, presunto responsable del hecho, quien también pertenecía al cartel de Medellín.

En este caso, El Tiempo conoció las declaraciones del que fungía en ese entonces como agente especial de la Dirección de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) de Estados Unidos, José Ballesteros, quien le aseguró al diario que ‘Arete’ mintió a Colombia sobre lo realmente sucedido en ese entonces.

El agente contó que, en ese entonces, mientras Carlos Alzate Urquijo se inculpaba del crimen, en Nueva York, Estados Unidos, se adelantaba un juicio contra Dandeny Muñoz Mosquera, alias la Quica, quien dijo que armó y colocó el explosivo en el vuelo 203 de Avianca.

“Gustavo de Greiff, entonces fiscal general, intentó interferir en el juicio de la Quica, alegando que el verdadero culpable era Alzate y no Muñoz “, dijo al periódico bogotano. Esta situación ocasionó que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos pidiera su apoyo para desentrañar lo que realmente sucedió debido a que Ballesteros tenía conocimiento del artefacto usado y así podrían evidenciar si Arete fue el culpable.

El agente dijo que lo que Arete le mencionó no coincidía con lo que las investigaciones arrojaron después de analizar el avión. “Sus respuestas me dieron la opinión de que él no fue el que hizo o colocó el artefacto en el avión”, dijo Ballesteros, quien añadió que Arete sí estuvo inmiscuido en el crimen, pero duda que haya sido “la persona responsable de la fabricación y colocación del artefacto”, insistió.

Hasta el día de hoy se desconoce por qué Arete intentó proteger a ‘Quica’, quien cumple 29 años tras las rejas.

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