Descuentos a las deudas de los campesinos pasa primer debate en el Congreso

Este lunes, las comisiones terceras conjuntas del Congreso de la República aprobaron, en primer debate, un proyecto de Ley que busca ofrecer alivios financieros a los productores del campo. La iniciativa pretende ayudar a los campesinos que se han visto afectados por factores biológicos, climáticos, zoosanitarios y por la caída de ingresos.

Entre los puntos del proyecto está dar permiso a la Junta Directiva del Fondo de Solidaridad Agropecuario (Fonsa) para hacer descuentos al valor total de la deuda que tienen más de 56.000 productores del campo.

En general, se busca permitir que los campesinos lleguen a acuerdos de recuperación y pagos de la cartera que estuviera en mora antes del 30 de junio de este año. El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rodolfo Zea, dijo que el objetivo es generar acuerdos de pago con el Banco Agrario y otras entidades financieras con las garantías que daría el Fondo Agropecuario de Garantías (FAG) para ayudar a casi 140.000 deudores.

Otro de los objetivos del proyecto es permitir a la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario determinar las condiciones de los pequeños productores para categorizarlos y, de esa manera, avalarles el acceso a otros beneficios.

Al proyectó de Ley también se le agregaron dos artículos que buscan otorgar alivios económicos a usuarios del servicio público de adecuación de tierras. El Gobierno envió un mensaje de urgencia al Congreso para que se discuta el proyecto con prioridad.

La ‘papatón’

Hace unos días, se llevó a cabo la venta de papa por parte de cultivadores en algunos sectores de Bogotá y peajes de Cundinamarca. La solidaridad con los papicultores dejó un balance favorable en sus bolsillos con $1.455 millones de pesos tan solo en el departamento de Cundinamarca y a las afueras de la capital de la república, pese a que la Alcaldía Mayor había ofrecido espacios en sus mercados campesinos del fin de semana, pero que fueron descartados por los líderes del movimiento. Su objetivo era vender 660 toneladas y terminaron vendiendo más de 2.000, afirmó Nicolás García, gobernador de Cundinamarca a El Espectador.