Por qué los turistas, colombianos o extranjeros, no se pueden ir a vivir a San Andrés

En las últimas tres décadas, 30.000 personas han llegado a la isla para residir ilegalmente en ella, si bien hay unas tarjetas especiales que la Gobernación da para casos específicos.

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Vista aérea de la isla de San Andrés. Foto de archivo.
Vista aérea de la isla de San Andrés. Foto de archivo.

En 1985, la isla de San Andrés contaba con cerca de 42.000 habitantes. En ese entonces, ya se hablaba de una posible sobrepoblación en caso de que no se tomaran las medidas necesarias, razón por la cual, seis años después, mediante el decreto 2762 de 1991, comenzaron a regularse los derechos de circulación y residencia en todo el archipiélago, es decir, también en las islas de Providencia y Santa Catalina. Quien puso la firma en el papel fue el expresidente César Gaviria.

Treinta y dos años después, o sea, en el 2017, los indicadores demográficos de la Gobernación de San Andrés evidenciaron que los pronósticos de la década del 80 eran acertados: el departamento ya era habitado por 77.759 personas. Y hubieran podido ser todavía más, pues el decreto 2762, en cierta medida, contribuyó con que no llegara más gente al archipiélago, pues vivir lejos del caos de las grandes ciudades colombianas sigue siendo el sueño de algunos.

Gracias al mencionado decreto, se creó la Oficina de Control, Circulación y Residencia (Occre) de San Andrés, con la que, salvo algunas excepciones, se le impide a cualquier ciudadano colombiano o extranjero hospedarse de manera permanente en las paradisíacas islas del archipiélago. Aunque, según este organismo, en el 2017, había 30.000 ciudadanos residiendo allí de manera ilegal. ¿Cómo lo hicieron? Llegaron en condición de turistas y, pese al tiempo límite de permanencia, burlaron a las autoridades.

EFE/Ricardo Maldonado Rozo/Archivo
EFE/Ricardo Maldonado Rozo/Archivo

Por esta razón es que, cuando se visita a la isla, en el aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla los miembros del Occre verifican que los datos suministrados por los turistas sean verdaderos: se llama al hotel para indagar que existen reservas ya pagas. En caso de que el hospedaje sea en una casa de familia, el familiar del turista tiene que firmar una carta en la que se comprometa a dejarlo quedar en su vivienda solo hasta la fecha en que se comprometió a salir.

Debido a este control por parte de la Occre, los viajeros en San Andrés deben pagar una tarifa para ingresar a la isla, que en 2020 es de $ 116.800, aunque cada año aumenta. Dicho pago le brinda al turista la posibilidad de vacacionar por un tiempo no mayor a 15 días. El presupuesto recolectado por la Gobernación producto del pago de la Tarjeta de Turismo, como se le conoce, se destina en un 75 % para proyectos sociales de la comunidad residente y 25 % para infraestructura turística.

8 trámites distintos para residir en San Andrés

A través de su página web, la Occre pone a disposición del público ocho tarjetas a través de las cuales se puede residir en la isla: para mayores de siete años, inversionistas, raizales, independiente, nacidos, no nacidos en San Andrés, temporal por actividades laborales y temporal por convivencia.

La tarjeta de residencia para raizales aplica para aquellos nacidos o no en la isla, mientras que la temporal por actividades laborales deberá ser diligenciada por el empleador. En cuanto a la de convivencia se da, por ejemplo, en caso de un matrimonio entre un raizal con un foráneo.

Para mayor información sobre la expedición de las tarjetas, puede hacer clic aquí.

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