Nuevas tormentas tropicales y huracanes podrían afectar las costas colombianas

Según expertos, 2020 es uno de los años con mayor actividad de ciclones tropicales en la historia de la región. ¿Qué viene para el resto de la temporada invernal?

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Fotografía de las inundaciones en el sector Marlinda y la boquilla, en Cartagena (Colombia) debido al paso del huracán IOTA frente a sus costas. EFE/ RICARDO MALDONADO ROZO
Fotografía de las inundaciones en el sector Marlinda y la boquilla, en Cartagena (Colombia) debido al paso del huracán IOTA frente a sus costas. EFE/ RICARDO MALDONADO ROZO

Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), la temporada de precipitaciones y tormentas tropicales irá hasta finalizar el mes de noviembre. Después del paso del huracán Iota, considerado el más poderoso de la temporada y uno de los más inclementes de la historia en Colombia, podrían llegar otras eventualidades climáticas al territorio colombiano.

Según la entidad, es muy poco probable que golpee un huracán en las próximas horas. Sin embargo, en los próximos cinco días podría desarrollarse una nueva onda tropical que comprometería el Caribe colombiano. De acuerdo con el Ideam, hay un 40% de probabilidad de que, en el transcurso de la semana del 16 al 22 de noviembre, dicha onda tropical se convierta en huracán.

Siga leyendo: Existe un 40% de probabilidad de que haya un nuevo huracán en el Caribe

Según un reciente boletín de la entidad, de concretarse el fenómeno generaría “posibilidad de lluvias copiosas acompañadas de tormentas eléctricas y ráfagas de viento. De igual modo es posible un aumento en la altura del oleaje en los diferentes sectores del mar Caribe nacional. Las fuertes precipitaciones podrían favorecer eventos como crecientes súbitas y/o deslizamientos de tierra en zonas de ladera”, reporta el documento del Ideam.

El director de la maestría en Gestión del Riesgo y Desarrollo de la Escuela de Ingenieros Militar y experto en meteorología, Christian Euscátegui, le indicó a El Tiempo que se trata de una situación particular y de cuidado.

“Mientras el huracán Iota avanzaba se estaba mostrando una probabilidad del 20 por ciento al interior de todo el sistema de esta nueva onda tropical, como muy detrás de Iota. Ahora, esa probabilidad aumentó al 40 por ciento”, explicó el especialista.

El experto agregó que el peligro que significó Iota tenía una proyección meteorológica más alejada de la realidad. Según Euscátegui, el huracán tenía una probabilidad de ocurrir en cinco días, pero se formó en menos de 48 horas después del pronóstico. “Por eso la importancia de estar atentos a cómo puede evolucionar”, agregó al diario e, incluso, puso entre las posibilidades que continúe la temporada de ciclones hasta finales de diciembre.

Según el Centro Nacional de Huracanes, estos nuevos movimientos se llevarán a cabo en el norte del Golfo de Urabá. De acuerdo con las condiciones atmosféricas que se presenten, aumentarían en gran parte las lluvias y tormentas en el centro y suroccidente de la costa Atlántica del país.

El jefe de Pronósticos y Alertas del Ideam, Daniel Useche, le indicó a Semana Sostenible que también hay que prestarle atención a ciudades no costeras al interior del país. Entre ellas, Bogotá, y expresa que “hay que estar atentos a los cerros tutelares ya que el incremento de las lluvias podría traer consigo algunos deslizamientos en esta zona que es muy inestable, así como la creciente súbita de quebradas”.

Incluso, este experto afirma que se esperan posibles precipitaciones prolongadas hasta comienzos del próximo año. “Este año, con el desarrollo del fenómeno de La Niña en el Pacifico Ecuatorial, es muy posible que tengamos un final de año y un comienzo del 2021 no tan seco y soleado como estamos acostumbrados”, indicó al medio.

Las precauciones, según el Ideam

El Ideam anunció precauciones que se deben tomar durante la época de tormentas tropicales en zonas costeras del territorio nacional. Según la institución, las instrucciones son activar y reforzar las medidas de prevención orientadas a la reducción de riesgos en torno a la pérdida de vidas humanas y bienes materiales; tener en cuenta el cambio del oleaje, viento, reducción de la visibilidad al navegar, fuertes lluvias y tormentas eléctricas; y que operadores de pequeñas embarcaciones, turistas y pescadores sigan de cerca la evolución de dichas condiciones.

Además, recomiendan revisar el estado de los tejados y de estructuras elevadas con posibilidad de colapsar por causa de los vientos fuertes y no exponerse a zonas abiertas en las que se pueda ser víctima de una descarga eléctrica en una tormenta.

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