La emergencia que viven San Andrés, Providencia y Santa Catalina, por cuenta de los desastres naturales, ha suscitado el dolor de la sociedad colombiana. Uno de los referentes del baloncesto del país, y oriundo de esa región, habló con El Tiempo sobre la lamentable situación.
Se trata de Michael Jackson Wright, jugador del Team Cali, que se encuentra en la capital del Valle del Cauca disputando el campeonato profesional de la disciplina; su conjunto se enfrentará con Titanes de Barranquilla, desde este miércoles, por la corona del certamen.
El deportista destacó la impotencia que siente cuando conoce las novedades respecto a los estragos, la misma que lo embarga por no estar acompañando a sus seres queridos. “Los isleños hemos tratado de hacer bien nuestras cosas, luchar por nuestras islas, por sobrevivir, pero ha sido un huracán de alto calibre que nos ha destrozado y generado daño”, le confesó al periódico.
Jackson describió lo difícil que fue para él competir enfocado por un boleto al duelo definitivo del evento, con el sufrimiento de su gente en la cabeza. “Apagué el celular del hotel al coliseo, allí lo prendí y al ver esas imágenes, me quebré, estaba destrozado. Quise decirle a mis compañeros que no iba a jugar, pero ese pudo ser el último partido. Salí con el dolor de mi alma, con el llanto por dentro”, relató.
El sanandresano habló sobre el olvido por parte del Gobierno colombiano, solicitándole que se ponga al frente de las diferentes emergencias que afronta la ciudadanía de esa región. “Espero que esto sea un llamado de atención. Nosotros también somos personas como cualquiera en este país. Si están robando a nuestras islas o a nuestra propia comunidad, ese no es el camino. Estamos pasando por una tragedia por malos manejos, por olvido y por un huracán sin piedad”, enfatizó.
Se refirió a la importancia de las islas para Colombia, como motor del turismo y la economía, razones por las que no comprende la indiferencia de las autoridades, en cabeza del presidente Iván Duque. “Tenemos unas islas muy bonitas en las que el turista llega, nos disfruta y se van, pero nosotros quedamos ahí cuidando de ellas, amándolas. Nos tratan como a cucharas de plástico que usan y luego desechan. No solo somos sitio turístico, también somos personas con una vida digna”, concluyó el jugador.
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