La demanda presentada por el movimiento Causa Justa el pasado 20 de octubre, que busca la despenalización total del aborto, hoy en revisión del magistrado Antonio José Lizarazo de la Corte Constitucional, sigue dando de qué hablar. El 17 de noviembre, a través del Ministerio de Justicia, el Gobierno nacional manifestó que es un tema que se debe debatir en el Congreso y no en la Corte; en las últimas horas también se pronunció el exprocurador general de la nación, Alejandro Ordóñez, en una columna para diario El Tiempo.
“En los tribunales, un pequeño grupo de personas seguirá decidiendo sobre la vida y la muerte de millones de bebés. Después de haber negado la condición de persona humana al no nacido para justificar el aborto, ahora se pretende reconocer el derecho absoluto de la madre sobre la vida del hijo por nacer”, escribió Ordóñez en la columna titulada ‘Eso que se llama aborto’.
De acuerdo con el exprocurador, ni las decisiones judiciales ni los plebiscitos que puedan llegar a hacerse podrán quitarle la vida “al no nacido”. En el texto, incluso, cita la siguiente frase del filósofo y ensayista español Julián Marías: “Lo más grave del siglo XX es la aceptación social del aborto”.
"Es una contradicción macabra que se resume en decir que el aborto reivindica, sobre todo, los derechos de las familias de menos recursos económicos.
Acerca de la labor de revisar la demanda de Causa Justa que tienen los magistrados de la Corte Constitucional, Alejandro Ordóñez cita la Ley Positiva de Santo Tomás de Aquino, “de defender a los débiles sobre los poderosos”. Según él, al despenalizar totalmente la irrupción voluntaria del embarazo, que desde el 2006 es permitida en tres causales, se estaría yendo en contra de lo planteado siglos atrás por el teólogo.
“En este extraño mundo de hoy, el de la cultura de la muerte, la fe está en la mira y quienes la profesamos tenemos la culpa de todo, según los francotiradores”, escribió Ordóñez.
Sobre el aborto, el exprocurador manifestó que no se trata sino de una fórmula para combatir la pobreza por parte de quienes, según él, manifiestan que "el embarazo adolescente es una fábrica de pobres en América Latina”.
“Es una contradicción macabra que se resume en decir que el aborto reivindica, sobre todo, los derechos de las familias de menos recursos económicos. Algunas agencias internacionales ya lo insinúan en voz alta: “El embarazo adolescente es una fábrica de pobres en América Latina”, es decir, abortar a los hijos de los más necesitados es su fórmula para combatir la pobreza. Olvidan que cuando hablan de “pobres” se refieren a seres humanos”, comentó.
Uno de los argumentos de Justa Causa en la demanda admitida por la Corte Constitucional es que en la actualidad, la valoración sobre el aborto no es la misma que existió 14 años atrás, razón por la que se debe despenalizar totalmente a interrupción voluntaria del embarazo en lugar de hacerlo en tres causales concretas, como ocurre desde el 2006.