En medio de los cálculos y las propuestas que se han venido haciendo para definir la cifra definitiva del salario mínimo que recibirán los trabajadores colombianos en 2021, se han proyectado, a partir de las propuestas que hay hasta hoy, una lista de puntos que deben tenerse en cuenta para escoger la cifra correcta que beneficie a los trabajadores y a la economía del país.
Este 18 de noviembre empezará oficialmente a planearse la agenda de negociaciones, que tendrán lugar durante la primera semana de diciembre. La reunión de este miércoles estará encabezada por la Comisión permanente de concertación de políticas laborales y salariales, que planearán las estrategias a seguir para la instalación de la Mesa de concertación laboral tripartita, para los debates en que participarán el Gobierno, los trabajadores y los gremios empresariales.
Para el momento, los trabajadores aseguran que pedirán un aumento del 13,5%, lo que significaría que el salario mínimo quedaría en un millón de pesos, más un subsidio de transporte de $120.000; es decir, están pidiendo un salario mínimo mensual de $1′120.000.
Las opiniones han estado divididas, pues, aunque los trabajadores consideran que esa cifra es algo necesario, teniendo en cuenta los estragos que causó la emergencia sanitaria de la covid-19 en el bolsillo de las familias colombianas, empresarios y otros negociadores aseguran que, precisamente, por esa misma razón, Colombia no estaba en la capacidad de ofrecer ese sueldo, pues la crisis económicas afectó a todos.
“No es el mejor momento para una propuesta así, por una razón muy sencilla, ¿los salarios vienen de donde? de las empresas, y estas empresas están fregadas porque el coronavirus se llevó por delante el consumo de los hogares colombianos. Estamos de acuerdo con que hay que poner ‘platica’ en el bolsillo de los colombianos, pero esa ‘platica’ viene de, primero, el Gobierno y segundo, de los generadores de empleo, entonces ese círculo vicioso hay que romperlo aterrizándonos a la realidad”, señaló Jorge Bedoya, presidente de la SAC (Sociedad de Agricultores de Colombia), en una entrevista para La W radio.
Según fuentes consultadas por El Colombiano, para fijar el salario mínimo deben tenerse en cuenta aspectos como la liquidez en la economía del país, la inflación, la rentabilidad de la cifra, el IPC, entre otros factores.
Rosmery Quintero, presidenta de la asociación de las micro, pequeñas y medianas empresas (Acopi), calificó la iniciativa como “poco coherente con la realidad”, mostrando su acuerdo con Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), quien la denunció como “desorbitada, aún en un año normal”.
“Lo más importante es entender que no es una situación normal. La incertidumbre lleva ante esta crisis de demanda y oferta a pensar en doble sentido. Las firmas necesitan que el salario mínimo no esté muy por encima de la inflación”, le explicó al medio Maribel Castillo, directora de la carrera de Economía de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali.
Fabio Arias, fiscal de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores de Colombia), hablando para La W Radio, aseguró que “para algunos puede sonar extraordinaria la solicitud, pero estamos en un momento extraordinario. Llevamos 30 años repitiendo una fórmula que no ha funcionado, la han repetido una y otra vez el Consejo Gremial Nacional y el Gobierno, según ellos, para generar empleo se requiere que no le paguemos tanto a los trabajadores”.
Arias criticó lo que consideró reticencia del Gobierno para brindarle recursos a trabajadores y pequeños empresarios. “¿Cómo así que sí le pueden dar 370 millones de dólares a los señores de Avianca? Esa plata ya no la tienen que dar, Avianca ya dijo que no, entonces, ¿porqué no se la damos a pequeños y medianos empresarios?, porque ‘plata no hay’, no, plata sí hay, y hay más, esa cifra sería insuficiente”.
Para 2020, el mínimo se fijó en Colombia en $877.803, es decir, tuvo un incremento del 6% respecto al 2019, aumento que fue igual para el auxilio de transporte que quedó finalmente en los $102.853.
“Desde la demanda, un salario mínimo muy alto es una brecha para una posible formalidad del empleo”, agregó la directora Maribel Castillo, quien resaltó que el salario mínimo, en la última década, ha tenido un promedio de 5,31%, paralelo al Índice de Precios al Consumidor (IPC) que se comportado, en ese mismo periodo de tiempo, en 3,85 %, según datos del Banco de la República y del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Iván Jaramillo, miembro del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, destacó para el medio que, “históricamente el aumento del salario mínimo ha tenido inconvenientes que derivan de la exclusión de criterios como la productividad laboral, el IPC, que han determinado la pérdida de poder adquisitivo”.
Óscar Manco, Ph D. en Economía, argumentó que “cuando comiencen las negociaciones se reconozca la medida adecuada para que no se desborde la liquidez en la economía, más aún en estos escenarios de inflación baja. También hay otra discusión y es cómo las personas pueden subsanar la difícil situación de este año para 2021. El aumento debería estar más alineado con la variación del IPC”.