Por poco termina en tragedia: el pedalista juvenil Jerónimo Bedoya, del equipo ‘Talentos Colombia’, que participa en la Vuelta a Colombia, sufrió un incidente que recordará por mucho tiempo, en una curva perdió el control de su caballito de acero y, por poco, un automóvil se hubiera llevado su vida.
Fue cuestión de segundos entre el desequilibrio del ciclista en un pronunciado giro, la aparición del vehículo y el deslizamiento de corredor y bicicleta entre las caravana que sigue con posterioridad al lote de deportista. Parecía que iba a ocurrir un trágico accidente.
Los espectadores que asistían al tramo registraron en video la angustia, con gritos de parte y parte, mientras Bedoya, sin control de su bicicleta, tuvo un último segundo de respiro gracias a la acción decidida del conductor, que alcanzó a frenar, y gracias a su pericia, evitó una tragedia que hubiera enlutado una Vuelta tradicional en la afición colombiana.
La reacción de Bedoya luego del susto fue reincorporarse nuevamente al pelotón e intentar recuperar el tiempo perdido llegando íntegro a la meta, donde era esperado por miembros de su equipo, que aún no se pueden creer que el sub-23 haya salido con vida de semejante accidente.
La Vuelta a Colombia tiene como líder a Alexander Gil, velocista del equipo EPM, quien defiende su camiseta en la cuarta jornada, a disputarse en este puente festivo en la ciudad de Ibagué: el trazado es de 100 kilómetros, recorriendo las calle de la ciudad musical de Colombia. Bedoya, está a 32 minutos en la clasificación individual de la Vuelta, pero está con vida y dispuesto a luchar por mejorar sus tiempos en la carrera ciclista más importante del país.
Aunque afortunado por su resolución, la imprudencia en la Vuelta por parte de conductores tiene un largo historial que se remonta a su fundación. Tan solo en 2018 un absurdo accidente le costó varios minutos y heridas al que sería su campeón: Aristóbulo Cala.
Un motociclista embistió al pelotón, deteniendo la carrera e hiriendo a Cala y otros tres gregarios que lo acompañaban en el municipio de El Cármen de Viboral, en Antioquia. Aludido por su responsabilidad en el accidente, el motociclista afirmó que no sabía que la carrera se estaba corriendo en el municipio.
Pese a ignorar las señales que los vehículos de la caravana utilizan para advertir del paso de los ciclistas, en ocasiones son los mismo transeúntes quienes se cruzan en la carrera, muchas veces motivados por refrescar a los ciclistas y alentarlos en las duras cuestas que caracterizan a la Vuelta.
En el siglo anterior, se presentaron muchos accidentes que involucraron a figuras legendarias como “Cochise” Rodríguez o Álvaro Mejía, que contaban con fanáticos que los alentaban cada vez que pasaban por municipios colombianos. Por supuesto, generando pequeños accidentes de tráfico que resultaban en demoras por las carreteras colombianas.
El de Bedoya, mediado por la suerte, no deja de ser histórico: su vida, a salvo, y la Vuelta con otra anécdota por contar.