La sostenibilidad se consolida cada vez más como el nuevo paradigma del consumo de moda en Colombia.
Si bien, la industria de la moda es una de las que más dinero mueve a nivel mundial, también, es la segunda actividad más contaminante. Por esa razón, hace poco más de una década se empezó a inlcuir en el sector el concepto de las “tres erres”: reducir, reciclar y reutilizar, que con la pandemia, ha tomado más fuerza.
“Estoy convencido de que no es moda, no es pasajero; en todas las juntas directivas de las empresas de moda del mundo está subrayado el tema de la sostenibilidad; inclusive en Colombia vamos más adelante que otros mercados en temas de moda sostenible”, manifestó Camilo Jaramillo, CEO de Fokus Green.
Asimismo, Jaramillo, agregó que se espera que la sustentabilidad y el modelo circular sean las unicas opciones, a mediano plazo, para el consumidor.
“Las marcas ya saben lo que deben hacer, solo falta un poco de conocimiento, sobre todo del Gobierno, al que le falta desarrollar herramientas en aras de crear una industria local más sostenible”, expresó el co-fundador de Fokus Green.
Durante la pandemia, la responsabilidad social y ambiental se convirtieron en un factor determinante para el consumidor al momento de evaluar el valor de las marcas.
De hecho, la compañía de pronóstico de tendencias, WGSN, inidcó un crecimiento mensual sostenido en la importancia que elpúblico le daba al trabajo étnico cuando s ele pedía que valorara qué determinaba sus compras de ropa, calzado y accesorios.
“En nuestro pronóstico de macrotendencias para 2021 anunciamos que los mercados iban a valorar monetariamente los riesgos sociales y medioambientales, y la pandemia los aceleró.Hoy, los accionistas e inversores examinan los problemas sociales y medioambientales cuando evalúan el valor de la marca; y entender toda la cadena de suministro, desde los materiales a las prácticas laborales, será el método de mejorar el valor de la marca y atraer financiamiento preferencial”, sostiene Saúl López, jefe de gestión de cuentas para Hispanoamérica de WGSN.
Por esa razón, durante el confinamiento, han nacido cientos de iniciativas que buscan aportar al planeta verde, incluso, tiendas con trayectoria en el mercado se han sumado a la utilización de modelos de producción menos agresivos con el ambiente.
Recientemente, la compañía de retail, Falabella, se unió al artista y coleccionista de textiles Alejandro Crocker con el fin de darle vida a prendas de denim y chaquetas que hacían parte del stock muerto de la tienda.
“Creó treinta piezas inspiradas en Asia y las mantas wayús, de las cuales subastamos veinte a través de un live en la cuenta de Instagram de mi plataforma de reventa de second hand de diseñadores, Deluxe by EM; lo recaudado fue a donación”, explicó Eleonora Morales, creadora de Garage Sale, una de las ventas de garage más reconocida del país.
Por otro lado, Enka de Colombia recibe miles de botellas de plástico recolectadas en las limpiezas de playa por la compañia Fokus Green, convirtiéndolas en filamento de poliéster.
Esta, es la única compañía de Colombia que cuenta con tecnología para reciclar más de tres millones de botellas al día y crear fibras textiles con las que se elabora ropa y accesorios.
“Desde el nacimiento de mi marca, trabajo con herrajes libres de níquel, que al comienzo importaba de Austria, pero con YKK logramos un partner-ship, pues ellos usan botones de metales reciclados y su técnica de tinturación es a base de agua”, afirmó Paula Maldonado, fundadora de Dauntless, la primera marca del país en obtener el certificado de Libre Crueldad de PETA, gracias a su uso de cuero vegano y otros materiales.
En 2016, Maldonado, se consagró pionera en el desarrollo de chaquetar de “cuero vegano”, creadas con piña, manzana y mezclas de poliéster reciclado con algodón .
“La sostenibilidad es un tema gigante, que aborda comercio justo, raza y cultura. Por eso me fui de Nueva York, porque vi que las condiciones de trabajo no se alineaban con mi identidad de marca, y monté mi propia maquila hace dos años en Bogotá; crecimos muy rápido, generamos un movimiento con otras maquilas: los trabajadores llevan los procesos a sus hogares, reciclan, demandan condiciones laborales justas y, además, entienden la importancia de reducir desperdicios al máximo”, dijo la diseñadora.
Asimismo, gracias a la nueva conciecia que toma fuerza en la industria de la moda, las marcas además de reinventar los materiales de sus creaciones, también, son más las que se suman a utilizar bolsas amigables con el medio ambiente.
“La moda ha jalonado el crecimiento de la marca; las bolsas de e-commerce son en su mayoría para los clientes del gremio; al comienzo de la pandemia pensamos que dispararían los restaurantes, pero fue la moda, a través de marcas como Naf Naf, Americanino, las marcas del Grupo Uribe, Thermos, etc”, expresó Juan Sebastián Estrada, cofundador de Mahíz, emprendimiento de bolsas compostables elaboradsas con fibra de maíz.
Estrada, produce 20 toneladas de bolsas mensualmente, que se descomponen entre 90 y 180 días en ambietes de estrés mecánico.
Por otro lado, aunque Colombia es potencia textilera en la región, aún falta desarrollo en el tema de materias primas sostenibles.
“En Colombia hay mucho maíz, pero la extracción del azúcar que se usa para lograr biopolímeros no se hace aquí; requiere grandes adelantos tecnológicos que no tenemos –explica el cofundador de Mahíz–; traemos la materia prima de Europa y hacemos el proceso de extrusión o creación del rollo y el sellado en Sabaneta. Son solo de color beige, no usamos colores pues por lo general tienen polietilenos y no tiene sentido evitar una bolsa de plástico para pintarla con pinturas plásticas”.
La falta de tecnología para reciclar el algodón, recolectado mediante campañas y activaciones de marcas, y crear una nueva prenda a partir de otra en desuso también ha sido el obstáculo para que Fokus Green no pueda cerrar el ciclo de la moda y a la vez le apueste al kilómetro cero.
“El tema del algodón reciclado lo hacemos con nuestros aliados en México, quienes transforman el desperdicio de la industria en fibra corta para nuevas prendas, pero, debido a la carencia de tecnología en Colombia para usar estas fibras cortas en moda, las que reciclamos se usan como rellenos de colchones, muebles, peluches, etc.”, expresó Camilo Jaramillo.
Apesar de que aún se tiene que trabajar para consolodirar más este sector en la industria, en Colombia la moda sostenible llegó para quedarse, y cada vez son más las marcas en pro de una consciencia ambiental.