Luego del hallazgo de una caleta con $8.744 millones en Cali, pertenecientes al narcotraficante Lucio Burbano Portilla, conocido dentro de la mafia mexicana por vender coca de alta pureza, se han venido descubriendo datos de las excentricidades del narco, como consecuencia de su riqueza proveniente de su vida criminal.
“Durante los procedimientos a dos inmuebles ubicados en el norte de Cali, donde residía y fue ubicado el presunto cabecilla Lucio Burbano Portilla, fueron incautados algo más de 8.500 millones de pesos en efectivo, 3.700 dólares, 11 relojes lujosos, armas de fuego, documentación con información privilegiada sobre actividades judiciales y de la fuerza pública”, informó el fiscal general, Francisco Barbosa.
En la misión ejecutada por el equipo investigativo de la Fiscalía, la Dijín, y la Gesin de la Policía Nacional, con apoyo de la Armada Nacional y la Fiscalía General del Estado de Ecuador, se allanó la lujosa finca del narco que contaba con 1.500 metros cuadrados y se ubica en las afueras de Cali. Dentro de la propiedad había botellas de mezcal que en el mercado cuestan 50.000 dólares, normalmente, esas botellas las recibía en forma de pago de narcos mexicanos luego de hacer negocios con narcóticos.
Burbano, según las autoridades encargadas del caso, era popular por hacer fiestas inmensas dentro de su vivienda, a las que llevaba mujeres jóvenes para su diversión. Disfrutaba del alcohol y de comprar camisetas brillantes y de lentejuelas, algunas de las cuales están avauladas en alrededor de dos millones de pesos, según contaron los investigadores del caso a El Tiempo.
“Descubrimos a un grupo jóvenes que cruzaba la frontera entre Ecuador y Colombia con cajas de mezcal y tequila costosos. Una de ellas fue detenida y dijo, entre risas, que a su tío le gustaban los tragos mexicanos y era un regalo”, narró la autoridad.
La finca de Burbano, que ya estaba siendo vigilada por las autoridades a través de drones, tenía dos pisos, un acceso construido con rocas, rodeado de palmeras, y un espejo de agua de unos diez metros de longitud, relató el investigador, quién también ilustró que, además de las botellas de mezcal, habían botellas de whisky Macallan, que cuestan un millón y medio de pesos, y botellas de colección de tequila Casino.
Para conservar sus licores en buen estado, el narco tenía una calavera de cristal que le permitía al alcohol mantener su calidad. Así mismo, se encontró dinero en efectivo que, según las autoridades, usaba para pagar una red de soplones en Valle, Nariño y Esmeraldas (Ecuador).
Según investigaciones de las autoridades, Burbano compraba 20.000 galones de gasolina en las estaciones ubicadas entre Guayacán y Llorente, Nariño, para asegurar el proceso de procesamiento de coca. Los galones eran enviados a los cristalizaderos, ubicados en zonas bajo el control del grupo armado ilegal Óliver Sinisterra.
Las autoridades informaron que, durante un año de seguimiento a las redes que involucran al narco, habían sido incautados 340 kilogramos de cocaína, el 2 de octubre de 2019, en Pampanal de Bolívar (Ecuador), y dos toneladas de droga, el pasado 3 de agosto, en Acapulco (México).
Según investigaciones del pasado criminal de Burbano, reveladas por los hombres de inteligencia detrás del caso, el narco logró enviar hasta cinco toneladas mensuales de cocaína a través de lanchas que llegaban hasta Estados Unidos, apoyado, en otras ocasiones, por submarinos.
La fortuna de alias El Señor, como le decían a Burbano ya había sido sumada y sus propiedades puestas en procesos de extinción hace más de diez años. En 2004, el narco fue capturado e imputado por los delitos de enriquecimiento ilícito, narcotráfico y conformación de grupos armados ilegales. Aunque solo estuvo privado de la libertad hasta 2007, en 2005 su fortuna había sido calculada en más de $15.000 millones.
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