La realidad surgida luego de los meses de aislamiento colectivo ha surtido un efecto inédito en los habitantes de la capital, con respecto a épocas anteriores: valorar las reuniones con amigos a quienes no se ve desde antes de la pandemia o reemplazar las visitas a centros culturales para recorrer los centros comerciales, son elementos que soportados por datos aparecen en una encuesta publicada por Mobimetrics, titulada “Nueva normalidad en Bogotá”.
El documento confirma percepciones con respecto a dichos cambios. Uno es el de que los bogotanos siguen saliendo a las calles, pese a las advertencias de los gobiernos nacional y distrital. Pero los datos muestran matices que reflejan cambios. En estos momentos, el 26 % de los capitalinos patean las calles, pero no sienten que todo haya vuelto a ser “como antes”; un 10% no abandonó su patrón de conducta de salir y un 2% no quiere hacerlo de ninguna manera.
Santiago Vélez, gerente de Mobimetrics, confirmó otra percepción anclada en el imaginario luego de los meses de aislamiento voluntario: los bogotanos aprovechan la salida a calle para ingresar a centros comerciales, hacer compras, reunirse con amigos que no veían desde hace meses, trabajar en las oficinas, e ir a parques. Estas actividades, que en otra época eran cotidianas, desplazaron del espectro a ir a museos, estudiar de forma presencial, asistir a eventos y visitar sitios turísticos emblemáticos de la ciudad.
Otro factor llama la atención: el desplazamiento inteligente de los ciudadanos para evitar aglomeraciones en las calles. Los mensajes para evitar estos “tacos” han hecho que los bogotanos prefieran evitar congestiones tanto en calles como en el uso del transporte público, por lo que ganan presencia medios alternativos de desplazamiento, como la caminata, la bicicleta y el uso del carro particular.
Cifras respaldan este cambio: la caminata con un 25% mientras un 16% de la muestra utiliza la bicicleta, seguido de un 15% que acude al vehículo particular, 14% en el sistema Transmilenio y 12% en moto, son evidencias de la nueva normalidad en la ciudad.
En este escenario, los taxis, con el 4%, los buses, con el 6% y las apps de vehículos con el 9% no encuentran espacios en estas nuevas prácticas. Esto refuerza una percepción del 71% de que los vehículos del sistema de transporte público van llenos, y la desconfianza que ronda con respecto a la cantidad adecuada de pasajeros que supera el 25% .
Sin embargo, Transmilenio afirma que la ocupación no ha regresado a los niveles previos de la pandemia, con una ocupación entre el 25 al 30% con 1.700.000 validaciones diarias, una drástica caída frente a los 4.050.000 que se presentaron en 2019.
En este escenario atípico, percepciones sobre sentimientos demuestran que un 67% tiene miedo ante un rebrote, y un 50% no tiene interés en hacerse la prueba, al parecer efecto de las cadenas que divulgan teorías conspirativas al respecto. La esperanza de un futuro mejor está apretada: 43% se mantiene optimista y un 42% está en una zona gris, tan solo un 15% de los bogotanos mantiene la esperanza de un cambio.
Las salidas selectivas señalan hasta qué punto la nueva normalidad se han implementado en el imaginario de los bogotanos: el regreso a los restaurantes cuenta con un 17,4% de favorabilidad, lo que refleja la implementación de las estrategias de reactivación económica lideradas por el gobierno Duque. En el impacto microeconómico, peluquerías, misceláneas y cafeterías se consolidan con un 11,9%, 9,5% y 8,9% respectivamente en cada rubro. Pierden las licorerías, cuyas ventas han estado a la baja durante 2020: 5,6%.
Tal parece que el cambio provocado por la pandemia ha logrado incidir profundamente en la otrora ruidosa capital de los colombianos.