Un día antes de la elección presidencial, el que sería el futuro 46 de los Estados Unidos, Joe Biden, en entrevista para El Tiempo, reafirmó que el vínculo bilateral entre las dos naciones seguiría la ruta de la colaboración y la asistencia mutua en temas decisivos para la geopolítica regional, como lo son la lucha contra las drogas (Biden, durante su periodo como Vicepresidente de la administración Obama, respaldó las acciones de erradicación en el marco del Plan Colombia), Venezuela en transición a un régimen democrático, y la implementación del Acuerdo de Paz, estarán en el centro de una agenda aún por definir pero en la que, por sus generalidades, coinciden el embajador en Washington, Francisco Santos, la presidenta de la Cámara Colombo-Americana de Comercio, María Claudia Lacouture, y expertos academicos nacionales.
En lo que están de acuerdo es que el electo presidente Biden la tendrá difícil con un senado dominado por los republicanos, sector político que tendrá el poder de imponer su agenda, tramitar vetos a iniciativas presidenciales, o directamente incidir en temas que no son del agrado de Biden, pero son fundamentales para Colombia, como por ejemplo, el petróleo.
Para Francisco Santos, embajador en Washington, la relación bilateral está más fuerte que nunca porque es trabajada como un asunto de nación y no de gobiernos. Señala, en entrevista para El Tiempo, que este enfoque fue respetado desde el inicio por el presidente Iván Duque, por lo que no ve lugar a críticas sobre una presunta injerencia del gobierno colombiano en el electorado nacional en Norteamérica. Subraya que quienes deben rendir cuenta son los congresistas de los partidos colombianos, cuyas declaraciones, a favor de uno u otro candidato, fueron objeto de atención en medios durante el cierre de la campaña norteamericana. De otra parte, Santos afirma “estar listo” para trabajar en temas sociales que son del afecto del futuro presidente, como los derechos humanos, los asuntos laborales y la implementación del acuerdo de paz. Afirma que “Una administración demócrata probablemente entenderá muy bien las complejidades que esto tiene, apreciará los logros y probablemente podremos trabajar juntos en resolver las dificultades, que son muchas, y que nacen todas de las 200.000 hectáreas de coca que nos dejó el gobierno de Juan Manuel Santos. Ese sí es el peor enemigo del proceso de paz”.
María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo-Americana de Comercio, aprecia un panorama favorable para los vínculos comerciales entre los dos países, que favorecerán un TLC firmado en 2012 que eliminó barreras arancelarias: “En materia comercial vemos una continuidad en la complementación y oportunidades en este país teniendo en cuenta que contamos con un TLC que garantiza la estabilidad y las reglas claras”. Para la dirigente, no habrá un giro de 360 grados en la agenda, pero sí oportunidades en el sector de las exportaciones no minero energéticas colombianas que acumulan, durante los tres primeros trimestres de 2020, US $3.847 millones de dólares.
Sin embargo, la reforma migratoria que es vista con buenos ojos por la región, se enfrentará a las trabas partidistas de los republicanos. Rafael Piñeros, docente de la Universidad del Externado, ve difícil que el futuro presidente cumpla su promesa de campaña de gestionar una reforma integral durante los 100 primeros días de su mandato: “Es difícil encontrar cuál podría ser el énfasis, en especial porque el congreso quedó significativamente fracturado”.
Con un dólar al alza luego del anuncio del sábado y a la espera de un empalme entre el saliente presidente Trump y el electo Biden, Colombia se mueve en el concierto regional para mantener la interlocución con la nación norteamericana.