La investigación realizada por El Espectador señala que, en 2018, las autoridades colombianas y de Estados Unidos desarrollaron un operativo para capturar a Jesús ‘Santrich’, señalado de haber participado en actividades de narcotráfico con el Cartel de Sinaloa. En 9 de abril se logró su detención, junto a Armando Gómez España, Fabio Younes y Marlon Marín, sobrino de ‘Iván Marquez’ y, al otro día, Marín viajó como testigo de la DEA a Estados Unidos. Todo empezó con la investigación sobre el mal manejo de recursos de la salud que involucraron al sobrino de ‘Iván Márquez’. En los audios también se mencionan los nombres de Piedad Córdoba, quién negó públicamente conversación alguna con Marín.
El expediente de ‘Santrich’, inactivo en la Corte Suprema de Justicia, guarda más de 24 mil audios, hasta hoy desconocidos, revelados por El Espectador, los cuales fueron obtenidos por medio de interceptaciones telefónicas ralizadas a Marlon Marín desde el 25 de enero de 2017 con el fin de verificar, en ese momento, si hacía parte de una red de corrupción en el sector salud. Pero, las conversaciones revelaron negocios que involucran personas de la vida pública nacional.
Una de las conversaciones revela las intensiones de un empresario de acento bogotano de abrir una discoteca o un restaurante en Cuba. Marín le aseguró que podía lograr acercarlo “al número uno del gobierno de la isla”, señala El Espectador. Las concesiones, según Marín, eran otorgadas hasta por 40 años. Solo restaba viajar y acordar con el gobierno cubano.
También se reveló que, el 25 de febrero de 2017, Marín había entablado relaciones con un hombre de acento centroamericano que aseguraba ser la llave para lavar dinero a través de banqueros suizos. El objetivo era que los socios de Marín invirtieran dinero en efectivo en el país de Turquía que sería recibido por el partido de oposición para perjudicar al entonces presidente Recep Tayyip y su bancada.
Las operaciones sobre lavado de activos relacionan también a Vincent Schifano, neoyorquino detenido hoy en Estados Unidos por este delito. Las investigaciones en contra Shifano iniciaron el 2007 en donde según un agente de la DEA. Él mismo aseguró haber lavado 120 millones de dólares en Colombia para las Farc por medio de proyectos autorizados por el Gobierno, pero no aseguró a quiénes se refería. Incluso dijo que era capaz de lavar hasta 300 millones de dólares para ganar el contrato de la construcción de un oleoducto. Reforzó la idea de su poderío cuando le aseguró al agente infiltrado de la DEA, aparente ‘capo mexicano’, que llevaba 20 años lavando dinero para las italiana y rusa. Su captura se efectuó el 13 de febrero de 2018 cuando Shifano se reunió con agentes infiltrados y recibió un carro nuevo con $5 millones de dólares falsos. Días después fue acusado de intento de lavado de $15.000 millones de dólares a ‘Santrich’.
Esta misma operación se discutió con Armando Gómez España y Fabio Younes. El proceso, hace referencia al pago de cinco televisores, clave para referirse a cinco millones de dólares y a la entrega de una carga de cocaína. Según los agentes infiltrados, Martín recibió $22.500 millones para conseguir los cinco kilos de droga. Marín, en calidad de testigo, aseguró que fue el exjefe guerrillero ‘Santrich’ quien la suministró.
Las conversaciones también enredan al entonces vicepresidente Óscar Naranjo, mencionado por Marín y los agentes infiltrados como ‘naranja podrida’ o ‘el segundo de tu país’. Incluso, señala El Espectador, se sugiere su participación directa en actividades de narcotráfico. Por ejemplo, lo señalan como cómplice de mover droga desde el sur del país hasta Bogotá. Los agentes, supuestos narcos mexicanos, también aseguraron que Naranjo ya había trabajo con gente suya. Por su parte, Marín señaló que Naranjo fue quien alertó a ‘Márquez’, ‘Santrich’ y a él mismo de que algo raro estaba pasando.
Así, el exvicepresidente Óscar Naranjo es señalado de ser un viejo conocido en el mundo de los traficantes de droga. El 28 de marzo de 2018, uno de los agentes infiltrados incluso aseguró:
“Mire, compa, yo le digo algo: mis respetos pa' ese hombre, la verdad. Es que es un hombre muy pinche, huevudo, si estamos hablando del mismo, el que es el número dos de tu casa. Sí, ese, ese señor estuvo allá en mi casa y se sentó con varios personajes. Nosotros sabemos que él sabe trabajar”.
Más adelante, en la misma conversación, reiteró la fama de Naranjo:
”Ese señor tiene mucha fama y tiene muchísimos conocidos, muchísimos conocidos”.
El Espectador consultó al exvicepresidente Óscar Naranjo para preguntar si tenía conocimiento de la inclusión de su nombre en las interceptaciones. Aseguró que no conocía a Marlon Marín ni a los mexicanos y, dada la gravedad de la situación, señaló que se acercaría lo antes posible a la Fiscalía para dar inicio a las investigaciones. Afirmó que son “libretos para hacerle daño al Acuerdo de Paz, para decir que el Gobierno negoció con quienes siguieron narcotraficando con ayuda del vicepresidente”.
Además, según fuentes de la FiscalÍa, Marín y los agentes infiltrados de la DEA tenían como objetivo llevar a ‘Márquez’ a una bodega cargada con 10 toneladas de cocaína para desarrollar un operativo y capturarlo. No se pudo realizar la operación, pues una semana después se dio la judicialización de Jesús ‘Santrich’.
El Wall Street Journal, días después, reveló que agentes de inteligencia de Estados Unidos y autoridades colombianas tenían pruebas donde se vinculaba a ‘Iván Márquez’ con el tráfico de cocaína a Estados Unidos.
Inmediatamente, el entonces fiscal Néstor Humberto Martínez aseguró, en un comunicado, que no tenía conocimiento de la investigación contra ‘Márquez’. Sin embargo, según el expediente de ‘Santrich’, un agente de la DEA solicitó a la Fiscalía General de la Nación la interceptación de 22 líneas telefónicas, incluida la de ‘Iván Márquez’, para dar con una supuesta red de narcotráfico.
Los audios mencionados ya no aparecen. Los informes entregados por la Fiscalía a la Corte Suprema señalan que “las conversaciones fueron de carácter laboral y no se encuentra información que nos permita realizar incautación de dinero o estupefacientes”. Las conversaciones habrían ayudado a dar respuestas a los muchos interrogantes que la JEP intentó resolver.