El programa ‘Bogotá cómo vamos’ y la Fundación Éxito realizaron un estudio sobre el nivel social de la primera infancia en Colombia, focalizado en las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali y Manizales. La capital presentó el número más alto de niños que nacen con muy bajo peso o desnutrición, con un resultado del 16,2%. Lo preocupante de este indicador, es que los análisis concluyeron que estos niños tienen probabilidades muy altas de crecer con desnutrición crónica.
Mientras tanto, en Cali las cifras de desnutrición fueron del 7 % con tendencia a la baja respecto a los resultados arrojados en 2017; Medellín presentó un resultado de 7,4 % y Manizales un 13,1 %, estas ciudades subieron el porcentaje respecto a los años anteriores. Solo Medellín se destacó por ser la única ciudad en priorizar el indicador de desnutrición crónica o retraso en talla en niños y niñas menores de 5 años dentro de su plan de desarrollo.
Para el programa ‘Bogotá cómo vamos' hay una ciudad que también está en alerta roja y es Manizales, pues tuvo la desnutrición aguda más alta, su porcentaje de niños que sufren de esta enfermad es del 13,1%, un 3,3% más que años anteriores.
<mark class="hl_yellow"><b>En el sur de la capital se concentran los casos de desnutrición</b></mark>
El estudio demostró que la brecha socio-económica es muy evidente en Bogotá cuando se dividen los resultados por localidades. Los niños con mejores condiciones alimenticias se encuentran en la zona norte de la ciudad, pero a medida que se va avanzando hacia el sur, los números de desnutrición empiezan a hacerse más altos.
Las localidades de Santa Fe, Rafael Uribe Uribe, San Cristóbal, Usme, Ciudad Bolívar, son las más afectadas por casos de desnutrición infantil, situación que se ha profundizado desde que inició la pandemia.
En desempeño medio-bajo se encuentran las localidades de Kennedy, Fontibón, Antonio Nariño, Bosa y Tunjuelito. “Allí vimos un deterioro en las condiciones socioeconómicas que se manifiestan en la seguridad alimentaria y en los efectos en el estado nutricional de niños y niñas, lo que podría implicar a mediano plazo, mayores prevalencias en desnutrición crónica, bajo peso al nacer y desnutrición aguda”, dijo Felipe Bogotá, director del programa.
Los Mártires, Suba, Puente Aranda y La Candelaria tienen un puntaje medio alto, en estas zonas los niños, al parecer, tienen una mejor calidad de vida, situación similar en Teusaquillo, Chapinero, Usaquén, Barrios Unidos y Engativá, las cuales cuentan con condiciones que en su conjunto favorecen la situación nutricional de niños y niñas.
“No se puede mejorar el estado nutricional de niños y niñas si no se interviene en los determinantes socioeconómicos asociados a la seguridad alimentaria y nutricional, más aún con los efectos que ha tenido la pandemia en el contexto económico y social. Este impacto, sin duda, se verá reflejado en la situación nutricional de la primera infancia”, agrega el informe.
Adicional al análisis de los datos de las ciudades sobre la desnutrición crónica, se realizó la encuesta Virtual #MiVozMiCiudad, con el fin de conocer cómo vivieron los hogares de Bogotá, Medellín, Cali y Manizales la inseguridad alimentaria y las perspectivas ciudadanas en torno a la primera infancia.
Un porcentaje de encuestados consideró que la alimentación de los niños menores de seis años durante la cuarentena fue insuficiente. Dividido por ciudades, las cifras se ven así: 13,2 % en Cali, 14,2 % en Bogotá, 13 % en Manizales y 21 % en Medellín.
El 30% de los hogares que participaron de la encuesta, y que tienen niños menores de cinco años, mencionaron que algún miembro de la familia pasó hambre: 32 % en Medellín, 21 % en Cali, 14 % en Manizales y 20 % en Bogotá. Según el estudio, la pandemia hizo que las condiciones de vida en los hogares disminuyeran, pues varias familias se quedaron sin trabajo y sin ingresos.
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