Así fue la infiltración que permitió dar de baja a alias Pueblo, cuarto cabecilla del Clan del Golfo

El líder del operativo contra el primo de Otoniel dio detalles del procedimiento donde tuvieron que amarrarse a los árboles para no ser descubiertos y asesinados por el clan del Golfo.

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La operación para dar de baja a alias Pueblo, primo de alias Otoniel, líder del clan del Golfo, incluyó infiltraciones y largas jornadas de vigilancia.
Cortesía: Ejército Nacional.
La operación para dar de baja a alias Pueblo, primo de alias Otoniel, líder del clan del Golfo, incluyó infiltraciones y largas jornadas de vigilancia. Cortesía: Ejército Nacional.

El líder de comando de inteligencia que permitió dar de baja a alias Pueblo, primo de alias Otoniel, reveló, en entrevista con Noticias Caracol, los detalles de los 12 días de infiltración en las selvas ubicadas en Antioquia. El oficial, a quien por seguridad se le resguardó el nombre, tiene más de 15 años de experiencia en la Policía Nacional y hace parte del Comando Élite de la institución para el desarrollo de actividades especiales.

Según lo explica el líder, este ejecutó varias operaciones contra el cuarto cabecilla del Clan del Golfo, alias ‘Pueblo’. Su entrenamiento que, abarca área rural, área urbana y francotiro ayudó para encontrar el método ideal para poder infiltrarse cuatro veces en el área donde se ubicaba “Pueblo”. En uno de esos operativos, un custodio del delincuente resultó gravemente herido.

Líder del comando especial.
Cortesía: Noticias Caracol.
Líder del comando especial. Cortesía: Noticias Caracol.

En agosto, las unidades de inteligencia ubicaron a Darío Úsuga Torres, alias Pueblo, en la vereda Las Pavas, jurisdicción de Mutatá, departamento de Antioquia. Recorrieron 25 km de la selva antioqueña, enfrentando la lluvia día y noche, durante ocho días seguidos. Tomaban agua de lluvia y se alimentaban con reservas las cuales se habían predispuesto para quince días. El líder del comandó aseguró que el esquema de seguridad de Úsuga estaba conformado por personas vestidas de civil, acompañadas por perros de caza quienes hacían ‘patrullaje’ para detectar a personas ajenas a la organización en el sector.

La información, recolectada durante varios días, es consignada en cuadernos para identificar si están siendo perseguidos por las fuerzas militares.

Luego de pasar el primer anillo de seguridad, el grupo tuvo que ser más meticuloso, pues debían estar prestos a escuchar, oler e identificar los movimientos del grupo ilegal. Ya estaban a un kilómetro de la casa objetivo y se percataron de la existencia de una ofensiva armada con fusiles AK-47. Pero, alias ‘Pueblo’ no estaba allí.

ofensiva armada con fusiles AK-47
ofensiva armada con fusiles AK-47

La zona montañosa era tan inclinada que los agentes del comando especial se amarraron a los árboles para evitar resbalarse y ser vistos por los miembros del Clan del Golfo. La comida empezaba a escasear y la posibilidad de buscar agua era nula, pues involucraba el riesgo de ser detectados.

En la hora cero, cuando detectaron a Pueblo en el campamento, muy temprano, hicieron el asalto a la vivienda. Cuando se vieron amenazados, ejecutaron la maniobra: “ningún comando puede ni pausarse ni echar un pie atrás”, señaló el líder del comando. Siempre deben seguir hacia adelante, pues, dada su experiencia, es así como los grupos ilegales sienten la presión del comando especial. Cuando alias Pueblo decidió salir a disparar contra las fuerzas especiales, fue neutralizado.

Úsuga Torres coordinaba la subestructura Carlos Vásquez y bajo su mando estaban las actividades de narcotráfico del grupo organizado. Tenía más de 20 años de trayectoria criminal y era el cuarto cabecilla del Clan del Golfo. Según informes de inteligencia, por ser familiar de alias ‘Otoniel’, sería el designado para sucederlo en caso de presentarse algún problema hacia el máximo jefe. Además, señalaron que no usaba la misma línea de celular por una semana y prefería los correos humanos para enviar mensajes a sus subordinados. Tampoco pasaba más de tres noches en el mismo lugar. Según uno de los investigadores consultados por El Tiempo, su rastro era difícil de seguir, pues se desplazaba por trochas y cambiaba de una camioneta a una moto en cuestión de segundos.

Alías Pueblo había llegado a la vivienda tres días antes, con su esquema de seguridad compuesto por siete hombres, para encontrarse con una mujer y realizar una fiesta.

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