En una entrevista para el programa de entretenimiento ‘Lo sé todo’, Maritza Aristizábal, presentadora de Noticias RCN, detalló que su abuelo materno, que sufría de complicaciones respiratorias y tuvo una crisis iniciando la pandemia en Colombia, no murió por COVID, por lo que lamentó no haberlo podido despedir.
“El papá de mi mamá se murió recién arrancó la pandemia y la cuarentena. Un día lo hospitalizaron y dijeron que tenía una insuficiencia respiratoria. Entonces, dijeron que, por sospecha de COVID, debía ser aislado. Él muere, le aplican todos los protocolos de COVID-19, lo creman, nos entregan sus cenizas y, después, sale que la prueba era negativa”, sostuvo la presentadora.
Aristizábal, quien contó al país hace unos meses el difícil momento que su familia vivió al tener 25 familiares infectados con Coronavirus, narró que llamó muchas veces a la clínica para hablar con su abuelo, pero las enfermeras le negaron esa posibilidad.
“Lo único que nos quedó fue la historia clínica, en donde las enfermeras escribieron: -él dice que quiere ver a su familia y que se siente bien-. Porque él sabía que diciendo que se sentía bien, quizás, lo iban a dejar que nos viera, pero al final no pudo”, le narró Aristizábal al programa ‘Lo sé todo’.
Por otro lado, la presentadora señaló que desde entonces no volvió a visitar a su madre, quien ,justo a finales del 2019, había estado luchando para superar un cáncer de pulmón y tenía las defensas de su cuerpo débiles; además, narró Aristizábal, tiene problemas de tiroides, lo que supone otra morbilidad en caso de adquirir COVID-19.
“Todos en mi familia empezaron a dar positivo, positivo y mi mamá ya empezó a tener síntomas. Yo dije: ¡Dios mío! A ella le hacen la prueba un lunes y el jueves recibe el resultado y es positiva. El viernes a ella se le empiezan a bajar sus signos vitales. Entonces llegó una ambulancia a la casa y pensé: Yo no vi a mi mamá y entonces me fui de una para la clínica para tratar de verla, así fuera allá,” relató la presentadora.
La mamá de la presentadora duró 15 días hospitalizada, a la segunda semana empezó a mostrar mejoría y logró ser parte de los familiares que superaron el COVID-19.