Balance del Ingreso Solidario tras seis meses del primer giro

La investigadora de Dejusticia, Diana Guarnizo, le midió el aceite al programa de subsidios más recientes de Colombia, el Ingreso Solidario, que lleva seis meses entregando a la población vulnerable una ayuda económica.

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Beneficiaria del programa Ingreso Solidario
Beneficiaria del programa Ingreso Solidario / Prosperidad Social

El 14 de abril y en tiempo récord el Gobierno Nacional protocolizó la creación del programa Ingreso Solidario para brindar una ayuda económica la población más vulnerable del país durante la emergencia sanitaria del covid-19.

A través del decreto 518 del sábado 4 de abril, el Ministerio de Hacienda determinó los pasos, requisitos y reglas del plan de alivios para al menos 3 millones de hogares. Si bien durante los primeros meses el Departamento Nacional de Planeación se encargó de girar y administrar este subsidio, el Gobierno decidió que fuera Prosperidad Social la entidad que estuviera al frente del Ingreso Solidario, junto a otros subsidios como Familias en Acción.

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Tras seis meses de entrega de giros por un valor de 160.000 pesos, este programa estatal fue motivo de estudio por parte de la investigadora de Dejusticia, la abogada Diana Guarnizo, que en un artículo publicado en El Espectador analizó lo positivo pero también los retos que enfrenta el programa solidario.

Lo positivo que tiene el Ingreso Solidario

Para Guarnizo, una de las hazañas del Ingreso Solidario es que para julio de este año haya logrado llegar a más de 2,6 millones de hogares, teniendo en cuenta que el programa de Familias en Acción tardó 19 años en llegar al mismo número.

“En solo dos semanas se definieron los primeros beneficiarios y se realizó el primer pago a 1,1 millones de hogares. El programa representa un avance por la población que abarca, la rapidez con que fue ejecutado y el impacto que ha tenido en las familias que lo reciben”, señala el artículo. Además, resalta que los beneficiarios de este subsidio contarán con el giro hasta 2021.

Uno de los temas que analiza la abogada es que estos programas sociales deberían adaptarse a las necesidades de los más pobres y llegar a los que prometió llegar.

“El objetivo del programa es llegar a ‘las personas y hogares en situación de pobreza y vulnerabilidad que no sean beneficiarios’ de otros programas. Sin embargo, la verdad es que el sistema para determinar si un hogar debe recibir la prestación (basado en el Sisbén) está actualizado a marzo de 2020, por lo que muchas familias que han cambiado de situación no están incluidas y no es claro cuándo ni de qué manera se hará la actualización", explicó la investigadora de Dejusticia.

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Así mismo, argumenta que tras meses del primer estado de emergencia por pandemia es necesario un sistema flexible y adaptable de actualización de datos para que este dinero llegue a quienes lo necesitan de forma urgente.

¿Es suficiente el giro del Ingreso Solidario?

Para Diana Guarnizo “una transferencia de $160.000 por familia es mejor que nada. Pero si pensamos en una familia promedio de cuatro personas, esto equivaldría a $40.000 por persona o si es una familia de tres miembros a $53.333”.

Guarnizo señaló que ese monto es menor a las líneas de pobreza nacional y pobreza monetaria extrema para 2019 ($327.674 y $137.350 respectivamente).

“Lo que recibe la persona por el PIS no alcanza siquiera para cubrir la canasta básica de alimentos, que el mismo DANE calcula como requisito mínimo para dejar el nivel de indigencia o pobreza extrema, y ni qué decir de otros costos como la vivienda, el transporte, la salud o la educación”, argumentó la abogada.

Guarnizo expuso que hay exclusión de un número importante de personas que necesitan de estos subsidios como el caso de 24 mujeres migrantes y trabajadoras domésticas que entutelaron al Gobierno para exigir la protección de sus derechos, ya que el programa Ingreso Solidario creado en medio de la crisis, estaría siendo discriminatorio.

“Muchas cuentan la situación de una mujer, trabajadora doméstica, que perdió su empleo y el puntaje con el que aparece en el Sisbén no refleja su situación actual. Otras, cumplen en teoría con los requisitos, pero por alguna razón no reciben la llamada”, concluyó la investigadora.

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