En julio pasado, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, senador y exguerillero, aseguró que “es posible que las FARC hayan reclutado niños”. Sus declaraciones generaron todo tipo de reacciones; ahora, ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), comparecieron Timochenko, Pastor Alape, Milton de Jesús Toncel (Joaquín Gómez), Abelardo Caicedo (Solís Almeida), Pablo Catatumbo y Martín Cruz Vega (Rubín Morro) para validar las declaraciones que, previamente, había expresado el líder del partido FARC sobre el reclutamiento de niños.
Los ex-FARC reconocieron el reclutamiento de adolescentes de 15 y 17 años en la extinta guerrilla. Sin embargo, dicen que la vinculación de los infantes jamás fue de manera forzada, además, Timochenko aseguró que en ese entonces, por ese delito, no hubo mandos sancionados.
Los ex-FARC aseguraron ante la JEP que jamás reclutaron menores en contra de su voluntad. La Jurisdicción no tiene una cifra exacta de cuántos niños estuvieron al mando de las FARC; sin embargo, investigan al menos 8.839 casos de infantes que permanecieron en la insurgencia del conflicto armado.
En julio de este año, la JEP solicitó que los excomandantes guerrilleros comparecieran para declarar sobre este crimen. Los exguerrilleros aseguraron que en sus escuadrones sí habían menores de edad, en especial entre 15 y 17 años. Pese al reconocimiento general de este delito, únicamente Rubín Morro y Joaquín Gómez aceptaron que en sus brigadas tuvieron menores de edad bajo su mando.
Actualmente, ante la JEP se adelanta el proceso de responsabilidad conjunta donde la cúpula de la exguerrilla está rindiendo versiones libres para contextualizar su participación en la guerra.
Rubín Moreno, excomandante del frente 5 de las FARC, fue el excomandante que más ahondó en detalles sobre el reclutamiento de menores de edad. Al inicio de su intervención, admitió que, bajo su comandancia, había al menos 15 menores de edad. Moreno cuenta que se unió a la guerrilla a los 14 años y que la mayoría de infantes que se incorporaron, en ese entonces, a la guerrilla, lo hacían de manera voluntaria, por diversas circunstancias, la principal: orfandad.
Por su parte, Timochenko aseguró que él ingresó a los 17 años y reconoció que no hubo mandos de las Farc sancionados por esto. “Recuerdo que en 1997, en el campamento de “Jhon 40” encontré otro (menor de 15 años). Siempre fui crítico de recoger esos muchachos así, porque no tenían la suficiente madurez. No tenía mando sobre eso, porque eso se respetaba”, aseveró en diálogo con el diario El Espectador.
Pablo Catatumbo y Pastor Alape afirmaron que en sus frentes no tenían menores de edad porque “se regían por las normas”. Sin embargo, dicen que no justifican las actuaciones de reclutamiento de niños en el movimiento armado de ese entonces. “Las Farc no eran un ejército de niños”, dice Pastor Alape, durante una audiencia.
Uno de los testimonios que más reacciones generó fue el de Carlos Lozada, quien reconoció que posiblemente existieron casos de reclutamiento a cambio de engaños con promesas de dinero o dádivas. Igualmente, otra declaración controversial durante la audiencia ante la JEP fue la de Milton de Jesús Toncel Redondo o Joaquín Gómez quien dijo mientras leía una carta: “Estoy dispuesto a reconocer, sin ambigüedad y sin eufemismos, el reclutamiento forzado, delito por el que como organización política surgida del Acuerdo de Paz, estamos y estoy dispuesto a rendir cuentas pidiendo perdón a las víctimas y a la sociedad”.
Los exguerrilleros aseguraron que la ‘metodología’ que utilizaban para que los infantes ingresaran a las FARC era mediante el diligenciamiento de un ‘currículum’, en el que llenaban datos personales. Frente a esta información, Carlos Lozada reveló que el antiguo secretariado mandó a eliminar el archivo que inculpaba a varios guerrilleros. “En esos archivos estaban consignados los nombres de quienes habían aceptado menores de 15 años en sus filas”, dijo.
En las declaraciones de los ex-FARC hubo diversas discrepancias e inconsistencias. Por un lado, Lozada y Gómez expresaron que los altos mandos no tenían conocimiento de las edades de ingreso, pero Rubín Morro dice que al llenar las ‘hojas de vida’ de admisión “el jefe de personal de cada bloque era el responsable de llevar esos documentos al Estado Mayor del bloque y luego eso se iba para el Estado Mayor Nacional”.
Pese a que el reconocimiento del reclutamiento de menores de edad ha sido uno de los casos más controversiales que ha manejado la JEP, según El Espectador, es el caso que menos víctimas acreditadas tiene: hasta el 20 de octubre de 2020 había apenas 112 personas. Ahora, las víctimas y gremios en pos de la verdad tendrán que enviar sus declaraciones a la JEP y los magistrados realizarán una comparación con los primeros relatos dados por las ex-Farc.