‘Nubia e hijos’: la historia de la familia campesina colombiana que es la sensación en YouTube

Luego de seis meses del lanzamiento de su canal, en el que además de visibilizar los quehaceres del campo, venden kits de siembra, cuentan con más de 615.000 seguidores en la red social.

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Gracias a las ganancias producto de las ventas de kits de siembra en YouTube, Nubia pudo obsequiarle a su hijo David una vaca en su cumpleaños número 15. (captura de pantalla video 'Nubia e hijos')
Gracias a las ganancias producto de las ventas de kits de siembra en YouTube, Nubia pudo obsequiarle a su hijo David una vaca en su cumpleaños número 15. (captura de pantalla video 'Nubia e hijos')

Sus manos, raíces de roble, dan testimonio del sacrificio que lleva consigo el arte de labrar la tierra. Su mirada, tímida, no oculta la emoción que le despierta ser la cabeza de la familia campesina colombiana más famosa en YouTube.

La felicidad de Nubia Gaona, sin embargo, no es tanto por ser famosa. Eso le tiene sin cuidado. Es más bien, porque gracias a sus videos en esta red social, en los que la familia comparte los conocimientos del multicolor, pero sufrido campo colombiano, le ha ayudado a brindarle a sus hijos todo aquello que hasta hace meses no podía.

Jaimer, el menor, tiene 9 años y sueña con ser camarógrafo, mientras que David, con 15, fue quien, durante la crisis por la pandemia, le propuso a su madre convertirse en youtubers y dar a conocer la vida de campesinos que llevan en su humilde morada, ubicada en medio de las montañas del municipio de Chipaque, Cundinamarca. Al escepticismo de Nubia por compartir sus labores en Internet, le ganó el amor de madre y la berraquera de David por no detener el andar del que era su sueño.

“David se puso a trabajar ayudando a enmallar arándanos en una finca vecina para pagar el Internet", es lo que Nubia ha dicho a los medios. Y lo consiguió, compró el módem para tener acceso a la red vía satélite; su madre decidió apoyarlo con el pago de la mensualidad del servicio.

Ante la insistencia de subir videos a la red social, Nubia le dijo a su hijo que le pidiera ayuda a sus vecinos del lado, cuyas familias se conocen de generaciones atrás. David, ni corto ni perezoso, corrió a tocar la puerta de ellos: Sigifredo Moreno y Juliana Zapata, una pareja de ingenieros, quienes, contagiados de la intrepidez del menor, aceptaron.

Juliana, hoy directora del canal en YouTube ‘Nubia e hijos’, les explicó a los miembros familia que "debían tener paciencia, porque para poder monetizar el canal habría que esperar unos meses”. Dicho eso, cámara en mano, comenzó con la producción del primer video, que aprendió a editar, gracias a un tutorial en la red.

De acuerdo con lo expresado por Juliana y Sigifredo en medios de comunicación, los subtítulos en inglés del primer filme subido al canal no fueron los mejores; además, cometieron el error de hacer las tomas en formato vertical, fallas de las que han aprendido y que no impidieron a la familia hacerse famosos en el entorno digital en cuestión de horas.

Hoy, Nubia, Jaimer y David pueden decir que son tres los palmarés con su canal en YouTube: contar más de 616.000 suscriptores, haber recibido una placa por alcanzar 100.000 suscriptores en solo un día y contar con cerca de 1′500.000 vistas en el primero de sus videos, publicado el pasado 29 de abril. A los reconocimientos digitales, se suma el eco que han tenido en medios de todo el mundo, incluso chinos y croatas.

No todo ha sido color de rosa

En uno de los videos, Nubia y sus hijos enseñan a preparar, uno de los comidas populares en los hogares campesinos colombianos. (Captura de pantalla canal 'Nubia y sus hijos'.
En uno de los videos, Nubia y sus hijos enseñan a preparar, uno de los comidas populares en los hogares campesinos colombianos. (Captura de pantalla canal 'Nubia y sus hijos'.

El éxito obtenido con su canal no ha hecho que Nubia Gaona olvide dónde viene, mucho menos que deje labrar el campo que tanto ama, pero que también ha teñido de agridulce distintas etapas de su existencia. De hecho, solo de un tiempo para acá volvió a trabajar la tierra del lugar en el que reside, luego de más de cinco años.

Según cuenta, en ese entonces, junto con su esposo y otros vecinos invirtieron en un cultivo de papa que fracasó. Pero no fue la única tragedia, tres años después de aquella caída, el padre de sus hijos falleció: pudieron sepultarlo solo gracias a la ayuda económica de sus conocidos.

No tienen servicio de agua potable y la luz les fue instalada de manera reciente, producto de la atención obtenida con la popularidad de sus videos. De ahí que, a través de sus videos, apuesten por visibilizar las problemáticas del campo, que también padecen algunos de sus vecinos, y vender kits de siembra, que hoy les brindan el sustento económico.

Gracias a las ganancias obtenidas, por ejemplo, la familia ha logrado comprar computadores para la edición de los videos, pero también marranos y una vaca, el obsequio del cumpleaños número 15 de David, pues la tranquilidad y la paz que les brinda el altiplano no se las arrebata nadie.

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