El escenario fue un salón del hotel Dann, en Bogotá, con más de doscientos ejecutivos de las Cámaras de Comercio de todo el país, en la Asamblea Nacional de Confecámaras. Los invitados fueron Antanas Mockus, Horacio Serpa, Juan Manuel Santos, Alfonso Valdivieso, Carlos Lleras de la Fuente y Noemí Sanín, precandidatos presidenciales a las elecciones del 1998, que finalmente ganó Andrés Pastrana.
Sin que nadie sospechara, allí se cocinaba una anécdota más de Antanas Mockus que protagonizó Horacio Serpa Uribe, líder político liberal que falleció este 31 de octubre de 2020 hacia el mediodía.
Se trataba de un debate presidencial particular, pues no estaba quien finalmente ganó las elecciones, debido a que Santos y otros invitados tuvieron que retirarse a las exequias del político Misael Pastrana Borrero, padre de Andrés.
En la dinámica que propuso la periodista Margarita Vidal, los candidatos debían hacerse a la idea de que hablaban un día después de su hipotética victoria. En ese ejercicio, se extendieron por varios minutos, como recuerda Manuel Navarro, corresponsal de El Tiempo en esa época.
Cuando fue el turno de Serpa, se mostró bastante serio y durante todo el debate fue calificado como arrogante, al decir que ganaría indiscutiblemente las elecciones y que no invitaría a su gobierno a sus contrincantes. Para finalizar, dijo que era clave dejar la cultura de la violencia y promover la cultura de la paz y la tolerancia. Al final de su intervención preguntó: ¿Qué precio está dispuesto a pagar cada colombiano para alcanzar la paz?
Fue el turno de Mockus, quien haciendo alarde de sus métodos pedagógicos poco ortodoxos, decidió que la mejor manera de que Serpa se respondiera a sí mismo la pregunta, era probando su tolerancia frente al auditorio y el país. En medio de la intervención, dijo que era probablemente “muy similar a los guerrilleros y paramilitares”, pero que lo diferenciaba de ellos su manera de ejercer la violencia. Enseguida, tomó un vaso de agua y se lo lanzó al líder liberal ante la tensión inmediata que creó en los asistentes, que esperaban atónitos la respuesta de Serpa.
Pero no hubo reacción violenta, y fue un punto para Mockus, a quien le celebraron la broma. Serpa permaneció visiblemente enojado, tratando de contenerse, pero progresivamente calmo. Noemí Sanín, a su lado, también recibió parte del baño y sonrió.
Mockus inmediatamente le dijo “Necesitamos que en Colombia la gente acepte esta forma de guerra. Para que haya la posibilidad de pedirle disculpas a la persona que sirvió de ejemplo”, y abrazó al candidato liberal. En todo caso, Serpa no se quedó callado.
“No me falte al respeto”, le gritó, ante las disculpas inmediatas de Mockus. El curioso episodio terminó con halagos para Mockus y alguno que otro silbido para Serpa, quien dijo que perdonaba al excalcalde y que “no podía odiar a nadie”.
El corresponsal del momento para El Tiempo recordó que Mockus ya lo había hecho con Carlos Lleras de la Fuente, quien se lo tomó con tranquilidad y humor. De hecho, también lo hizo el 25 de marzo de 1994 en la Universidad Javeriana, Mockus también le tiró un vaso con agua a Enrique Peñalosa.
Una anécdota curiosa del mismo evento tiene que ver con la premonitoria frase de Horacio Serpa, quien al ser preguntado por su eventual mandato, atinó a decir, entre otras cosas, que su sucesor en el 2002 sería Álvaro Uribe Vélez.
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