“Comprar una bolsa de leche o un paquete de minutos, ¿qué prefieres? Pues la bolsa de leche”: Acerca de los retos en el sector educativo sin resolver durante la pandemia

La pandemia continúa y el reto de la educación sigue sin resolverse. Consultamos varias fuentes y recopilamos algunos de los obstáculos más importantes que superar en este momento de crisis en el sector educativo en Bogotá y todo Colombia.

Guardar
Los niños de la población vulnerable y rural son los que han visto más afectada su educación durante la pandemia. REUTERS/Eliana Aponte
Los niños de la población vulnerable y rural son los que han visto más afectada su educación durante la pandemia. REUTERS/Eliana Aponte

Por: María José Cogollo

Uno de los sectores que más obstáculos ha presentado durante la pandemia es el de la educación. Los índices arrojan cifras elevadas de abandono escolar y frente a esto, muchos estudiantes en Bogotá, día a día labran un sinfín de obstáculos para acceder al aprendizaje.

Distintas voces del sector educativo del país coincidieron en que el futuro de la educación es incierto. Pese a esto, enfrentan distintas problemáticas en el sector con iniciativas distritales que buscan solventar una crisis educacional provocada por las medidas dictaminadas por la Organización Mundial de la Salud, para la prevención del contagio de covid-19, en los distintos colegios de la ciudad y cuyo camino sigue presentando obstáculos sin resolver:

El acceso a la virtualidad en momentos de pandemia

Sin duda este es uno de los retos más grandes que enfrenta la educación en el país debido al aislamiento, para evitar el contagio de coronavirus entre estudiantes y profesores. Según Ángela Pineda, profesora de la Institución Educativa Colegio El Rodeo, de la localidad San Cristóbal de Bogotá. Allí, en el barrio La Gloria, donde brinda clases a estudiantes de estratos bajos, tuvieron que implementar un sistema de mensajería con guías para que los niños y niñas pudieran educarse a través de módulos académicos:

“Son niños que no tienen la posibilidad de decir: “en mi casa hay internet, hay computador o en mi casa puedo comprar el material”. Así que a nosotros como institución nos tocó buscar una estrategia desde lo que plantea la Secretaría de Educación con Aprende en casa, para solucionar eso, porque yo no puedo hacer una videollamada. Entonces, lo que hicimos fue trabajar un mes en el material que íbamos a usar en todo el año, nos dieron unos módulos que el Ministerio de Educación tenía y a partir de ahí trabajamos, mandamos a imprimir esas guías y luego los padres recogieron el material en la portería del Colegio”.

Según Carlos Reverón, tanto a nivel nacional como en las distintas entidades territoriales se empezó a implementar las diferentes estrategias de Aprende en casa, ya sea virtual o através de guías, teléfonos, televisión, radio, etc, para que los niños puedan aprender de diferentes formas. Foto: Secretaría de Educación.
Según Carlos Reverón, tanto a nivel nacional como en las distintas entidades territoriales se empezó a implementar las diferentes estrategias de Aprende en casa, ya sea virtual o através de guías, teléfonos, televisión, radio, etc, para que los niños puedan aprender de diferentes formas. Foto: Secretaría de Educación.

Pero Pineda, igualmente manifestó que en ocasiones debe imprimir otros materiales que sirvan de ayuda académica para sus estudiantes:

“Los niños con los que trabajamos son niños que no tienen recursos económicos, por eso no podemos pedirles un libro de texto o mayor material pedagógico. En mi caso, como tengo una impresora yo les pido papel, una resma, media resma, lo que puedan, y lo que hago es imprimir el material (de mi bolsillo) para trabajar en clase. Así les imprimí libros y los materiales que se requieren, porque tiene que haber una ayuda visual”.

Según Carlos Reverón, subsecretario de acceso y permanencia en la Secretaría de Educación, el poco o nulo acceso a la virtualidad que tienen muchos estudiantes es un reto en el que están trabajando y con el que pretenden llevar herramientas tecnológicas a los estudiantes más necesitados de Bogotá:

En el Plan de Desarrollo (que entrará en vigencia a comienzos de 2021) metimos la entrega de cerca de 100.000 dispositivos de acceso con conectividad a la población más vulnerable, es decir población pobre, con discapacidad, grupos étnicos, víctimas de la violencia, con puntajes menores en el Sisben, etc. Entonces van a estar focalizados y posteriormente va a contribuir un poco al cierre de brechas digitales que tenemos en los procesos actuales de aprendizaje”.

Pero este no es el único problema que enfrentan los estudiantes con residencia en los estratos más bajos de la ciudad, ya que estos computadores no alcanzan a suplir los cerca de 350.000 estudiantes de colegios oficiales que, según la cifras de 2019 proporcionadas por Carlos Reverón, no cuentan con computadores o tablets.

Por esta ausencia de herramientas, como dijo la profesora Pineda, los estudiantes “tienen que vérselas” para comunicarse con ella y poder estar atentos a las tareas que les deja.

"Yo implementé un grupo de Whatsapp con los teléfonos del papá o la mamá que se va a trabajar todo el día y por esto el niño no tiene acceso como tal al teléfono. Entonces yo mando la información de la guía que vamos a trabajar esta semana y ellos desarrollan durante dos semanas el material, después de eso hay una persona que recoge, clasifica y nos trae el material a la casa de los docentes. Luego lo corregimos, pero el asunto es que en mi caso, ahí queda, porque no hay retroalimentación, dijo Pineda, al mismo tiempo que evidenció el problema palpable que existe, cuando el difícil acceso a internet no permite completar el proceso educativo:

“A veces lo que hago es enviar un video en el que explico, pero hay otro problema, hay mamás que me dicen: “Profe, yo compré un paquete de minutos y entonces viendo los videos se me acaba”, claro yo puedo hacerlo, muchos niños lo pueden hacer, pero en el momento en que tu prefieres comprar un paquete de minutos a comprar una bolsa de leche, pues que prefieres, la bolsa de leche, entonces no hay una posibilidad real de retroalimentar y de enseñar”.

La seguridad de los estudiantes en las aulas

Según Julio Escobar Hoyos, profesor y asesor en el grupo de escuela nacional de formación sindical de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), la resolución 1721 de este año, contempló los protocolos de bioseguridad que se deben tener en cuenta en las instituciones educativas, para el retorno seguro de los estudiantes, pero ésta necesita acercarse a la realidad para que se lleven a cabo:

“Este aislamiento social nos ha llevado a evidenciar mucho más la realidad en la que está la población colombiana: problemas de empleo, donde no hay seguridad salarial, seguridad en salud, donde tenemos pobreza y miseria en la calle, en el barrio. Entonces las medidas que ha tomado el Gobierno no han sido pensadas para el beneficio de esta población, por eso, desde Fecode y desde la Central Unitaria de Trabajadores, en el pliego que se planteó de emergencia, se ha dicho: Renta básica”.

Por otro lado Carlos Reverón, aseguró frente a los protocolos de bioseguridad, que desde la Secretaría están dotando al 100% de las instituciones educativas:

“Arrancamos dotando a las del piloto (plan de retorno a clases que actualmente adelanta el Distrito en 19 colegios oficiales) y en lo que resta del año y comenzando el siguiente, llega todo el kit de elementos de bioseguridad para que cuando arranque el año escolar, arranque con todos los elementos de bioseguridad”.

Además de esto, el funcionario agregó que el plan de retorno a clases se está haciendo en conjunto con la comunidad educativa, los padres y madres, y el acompañamiento de la Secretaría de Salud y la Universidad Nacional.

IMAGEN DE ARCHIVO. Profesoras utilizando trajes protectores enseñan a sus estudiantes en un kindergarten, en medio de la reactivación de varios sectores económicos tras el término de la cuarentena por el brote del coronavirus, en Bogotá, Colombia, Septiembre 25, 2020. REUTERS/Luisa Gonzalez
IMAGEN DE ARCHIVO. Profesoras utilizando trajes protectores enseñan a sus estudiantes en un kindergarten, en medio de la reactivación de varios sectores económicos tras el término de la cuarentena por el brote del coronavirus, en Bogotá, Colombia, Septiembre 25, 2020. REUTERS/Luisa Gonzalez

La infraestructura también es algo que se debe reevaluar en estos momentos, ya que la bioseguridad implica tener acceso a una serie de herramientas que permita a los estudiantes estar un área segura.

Reverón aseguró que, “la Secretaría desde hace algunos meses arrancó un proceso grande de intervenciones en cerca de 100 colegios, que requerían algún tipo de intervención, por ejemplo en baños, en techos y adecuaciones o mejoramientos que requieren los colegios. Y además de eso, les asignamos hace un mes recursos a todos los colegios, orientados a sí requerían algún tipo de intervención o adecuación, que de repente la Secretaría no fuera a realizar”.

Escobar, planteó que el tema de la capacidad y protocolos dentro del aula, también es algo que debe replantearse:

“Según la Organización Mundial de la Salud, nuestro distanciamiento social debe ser de dos metros en todos los espacios y el Colombia hay una norma técnica que se elaboró en el 2001, NTC9545, donde se plantea que en los colegios construidos a partir de esta fecha, para los niños de preescolar debe haber un espacio de 2,20 mts, para los de primaria de 1,80 mts y para los de secundaria 1,65 mts. Pero si nosotros hacemos mediciones de nuestros salones, tenemos salones de 6x6 mts, 36 mts cuadrados, con 45 niños”.

Acerca de esta norma y los protocolos de seguridad, el asesor de Fecode aseguró que lo que plantea el Gobierno Nacional frente a esto es impreciso:

“Hay una acción absurda por parte del Gobierno, con la resolución 1721, que fue expedida en septiembre, donde plantea los protocolos de bioseguridad para todos los espacios escolares, pero plantean 2 mts de distanciamiento para todos los espacios libres o para ir al baño, pero para el aula de clase, muy descaradamente plantean 1 metro cuadrado”.

El abandono escolar

No cabe duda que la pandemia también hizo que muchos de los estudiantes del país abandonaran los estudios, debido a la ausencia de presencialidad que la emergencia sanitaria representa.

El Laboratorio de Economía de la Educación, de la Universidad Javeriana de Bogotá, hizo un análisis sobre los resultados de la más reciente Gran Encuesta Integrada de los Hogares, realizada por el DANE y arrojó que el 49.1% de los encuestados manifestó no poder continuar con sus clases en modalidad presencial debido al covid-19. El 78.5% de esta población, asistía a una institución de carácter oficial y el 77% de ellos, vivía en un estrato bajo-bajo.

Publicación del Laboratorio de Economía de la Educación LEE en su cuenta de Twitter.
Publicación del Laboratorio de Economía de la Educación LEE en su cuenta de Twitter.

Frente a estas cifras, Carlos Reverón, respondió que hay "una interpretación que no es tan cierta. Nosotros miramos incluso la pregunta (de la encuesta) y se refiere a los estudiantes que abandonaron las clases presenciales, pero no a la población desertora, sino se refería a los estudiantes que no estaban teniendo educación presencial”.

Para controlar el abandono, según Julio Escobar, parte del trabajo que adelantan desde los colegios es, “por supuesto estar al tanto de la situación de los niños y las niñas, con sus padres y sus cuidadores”.

Al respecto, Reverón aseguró que desde el Ministerio de Educación también se adelantan estrategias que permiten controlar las cifras de deserción:

“El Ministerio tiene un sistema de seguimiento, que ha fortalecido mucho el sector en los últimos años y es el sistema de matrícula y el SIMPADE, que le hace seguimiento niño a niño para saber quién está matriculado a lo largo del tiempo, luego cruza la información de colegios públicos y privados, de las distintas entidades territoriales y puede tratar de detectar, cuánta población abandona el sistema educativo”.

El funcionario también aseguró que en la Secretaría tienen un sistema de acompañamiento a los estudiantes matriculados, mediante el cual se hacen visitas domiciliarias o llamadas para verificar su estado.

Frente al tema, Ángela Pineda, reportó que en el caso particular de su clase, solo se ha presentado el abandono de dos niños: uno por causa de viaje y el otro porque presentaba una situación de mendicidad, incluso cuando aún asistía a clases presenciales, pero se presume que debido a la pandemia el niño dejó de acudir y por ello también se perdió contacto con él. Actualmente se desconoce su paradero.

Muchos niños no cuentan con el acompañamiento de sus padres, ya que deben salir a trabajar para conseguir el sustento diario. Lo que he evidencia otro reto que enfrentar. EFE/Carlos Ortega
Muchos niños no cuentan con el acompañamiento de sus padres, ya que deben salir a trabajar para conseguir el sustento diario. Lo que he evidencia otro reto que enfrentar. EFE/Carlos Ortega

Las condiciones laborales para los profesores

Julio Escobar, le contó a Infobae que pese a que no cuenta con cifras, conoce la situación de varios profesores que presentan condiciones difíciles para realizar su trabajo en estos momentos de pandemia.

Hay bastantes maestros y maestras que han entrado en procesos de depresión; varios líderes del sindicato han intentado entrar en espacios de diálogo y encuentro, para hacer tertulias virtuales. Pero las condiciones tampoco son las mismas para el magisterio, por la edad y el acercamiento a la tecnología. Aunque hay muchos maestros mayores que son unos “duchos”, la cotidianidad va generando momentos de desgaste”, aseguró Escobar, al mismo tiempo que aclaró que esa cotidianidad se debía a que ahora las clases se dan en las “salas de la casa”, lo que significa una conexión más íntima con los estudiantes, que a su vez permite conocer la realidad y “así uno quiera” esto termina afectando.

Sin mencionar el impacto económico que han experimentado los profesores, quienes, según Escobar, debido a las condiciones han tenido que comprar o cambiar equipos, aumentar su conectividad a internet, entre otras situaciones derivadas de la crisis educacional.

Pero el reto más grande, se avecina en el futuro, ya que muchos de los profesores que hoy trabajan virtualmente, no podrán hacerlo presencialmente por los riesgos que implica el contacto físico en estos momentos.

Muchos de estos profesores, sufren enfermedades preexistentes que pueden significar un cuadro de covid-19 peligroso para sus vidas. Además, otros son mayores de 60 años y esto también significa que se debe pensar en condiciones especiales para ellos.

Las amenazas a los profesores

Otro de los retos más graves que han aflorado en el último mes es el de las amenazas que han recibido profesores de distintas áreas del sector educativo en Colombia.

15 funcionarios de Fecode recibieron el pasado 26 de octubre “15 coronas fúnebres y 15 sirios negros”, que según contó Julio Escbar, en el caso particular del ejecutivo de la Guajira, la amenaza provino de las Autodefensas Gaitanistas Colombia.

“Llegan nuevas amenazas a comité ejecutivo de @fecode y presidente de @cut, en medio de la más grande arremetida contra líderes sociales. Solicitamos reunión de emergencia con @IvanDuque y @VictoriaBxE para tratar el tema de las garantías para el ejercicio del sindicalismo”. Cortesía: @Nelsonalarcon74 Nelson Alarcón, presidente de Fecode
“Llegan nuevas amenazas a comité ejecutivo de @fecode y presidente de @cut, en medio de la más grande arremetida contra líderes sociales. Solicitamos reunión de emergencia con @IvanDuque y @VictoriaBxE para tratar el tema de las garantías para el ejercicio del sindicalismo”. Cortesía: @Nelsonalarcon74 Nelson Alarcón, presidente de Fecode

También se conoció recientemente el caso de más de 20 docentes en el Valle de Cauca que han sido amenazados, al parecer por dejar tareas y trabajos a sus estudiantes.

Si bien, cada una de las partes consultadas para la realización de este informe coincidió en que “estamos en un momento donde no sabemos cuándo acabará la pandemia y por ello el futuro de la educación es incierto”, hay otro punto en común y es el de generar estrategias, mecanismos y alternativas que salvaguarden la vida de los estudiantes y profesores, pero que a su vez, permitan solventar los retos que necesita resolver el sistema educativo colombiano.

También le puede interesar:

Guardar