El reciente atentado contra el senador indígena Feliciano Valencia, el asesinato de Campo Elías Galindo, profesor de la Universidad de Antioquia y la muerte Gustavo Herrera, dirigente de Colombia Humana en el Cauca, son muestra del difícil escenario que están viviendo las voces de oposición en Colombia. El partido afirma que son víctimas de “una ola sistemática de muerte”.
Durante los últimos meses, ser la voz de denuncia de hechos de corrupción a nivel regional ha desatado un halo de inseguridad sobre los miembros del partido del senador Gustavo Petro. En entrevista con la revista Semana Luis Ernesto Olave, líder ambientalista, de 45 años, quien estuvo al frente del paro cívico del Chocó y coordinó la campaña presidencial de Petro en ese departamento, relató las amenazas por las que aún su vida corre peligro.
Desde 2017, Olave había sido blanco de amenazas por alias ‘Uriel’, recién abatido comandante del ELN, por lo que tuvo que salir del país. En 2019 regresó, pero las amenazas continuaron, “me llaman, me amenazan, me decían que me tienen en su lista. El ELN me manda correos, que el comandante Uriel se quería reunir conmigo, que vaya a un territorio” y como no asistió, “enviaron personalmente al cabecilla del frente urbano ELN en Quibdó para advertirme que tenía asuntos pendientes con el comandante Uriel y que debía ir a la zona. En 2020, el 9 de enero, me llamaron nuevamente para darme el mismo mensaje”, por lo que tuvo que salir del departamento.
Por otro lado, la publicación de Semana también detalla cómo fue el asesinato de los líderes de Colombia Humana Jhonatan Borja e Iván Giraldo Fúquene, en Candelaria, Valle, el 29 de enero de 2020. Según el único sobreviviente de los hechos, esa mañana ellos habían logrado radicar ante la Procuraduría de Cali la denuncia por el desfalco en las obras de la cancha de fútbol del corregimiento de San Joaquín del actual alcalde Yonk Jairo Torres, “ese día nos dimos cuenta de que nos estaba siguiendo una camioneta de la Alcaldía”.
Ya en la noche, Borja y Giraldo Fúquene viajaron a Palmira a cumplir una cita con supuestos informantes de actos de corrupción en la administración del alcalde Torres. Cámaras de seguridad captaron cuando dos hombres se suben al carro, en el que estaban los líderes, y segundos después disparan desde la parte trasera del vehículo. De este caso, la Fiscalía tiene a una persona privada de la libertad que pertenecería a la estructura criminal ‘Los Trescientos’, que opera en Palmira. Además, el ente investiga los posibles actos de corrupción en Candelaria para establecer la conexión con los asesinatos.
Otros hechos que evidencian la ola de asesinatos a lideres sociales y voces activistas han sido el asesinato en Popayán de Gustavo Herrera, coordinador de la campaña presidencial de Petro en Cauca. En Campoalegre, Huila, la muerte a bala del líder petrista y agrario Eduardo Alarcón. El asesinato del militante de la Colombia Humana y abogado Arquímedes Centenaro Carriazo en la masacre de San Marcos, Sucre, en la que murieron cuatro personas más que integraban el Comité de Defensa de los Playones y Sabanas Comunales.
La Silla Vacía desde un hilo en redes sociales realizó un recuento de los líderes de oposición que han sido asesinados en lo corrido del 2020
Para la representante a la Cámara María José Pizarro, “esto manda un mensaje muy claro: sectores diferentes no pueden gobernar” y para la senadora de la Unión Patriótica Aída Avella, con los líderes sociales y militantes de la oposición aplican “exactamente los mismos métodos; aquí hay manos del Estado, nunca un genocidio es espontáneo, siempre es planificado”.
La senadora se refiere al exterminio de la Unión Patriótica, partido político de izquierda que recogió a varios grupos guerrilleros en 1984 y que desde su creación sufrió el asesinato sistemático de sus miembros. Según el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), entre ese año y 2002 fueron 4.153 las víctimas, entre asesinadas, secuestradas o desaparecidas. En ese genocidio segaron la vida de dos candidatos presidenciales, 5 congresistas en ejercicio, 11 diputados, 109 concejales, 8 alcaldes en ejercicio y miles de militantes. Su naturaleza de genocidio, ha hecho que los crímenes sigan en investigación, siendo los principales señalados grupos paramilitares y fuerzas militares del Estado.