Este sábado al mediodía, a través de su hijo Horacio José Serpa, se conoció el fallecimiento del líder político del Partido Liberal, exsenador, exministro y excandidato presidencial Horacio Serpa Uribe, tras luchar con complicaciones de salud derivadas de un cáncer y otras afecciones.
Aunque estuvo alejado varios años de la vida política y pública, Serpa fue uno de los políticos más reconocidos de la década de los 90 y primera de los 2000. Su particular bigote y su voz en constante vibrato lo hicieron reconocible en toda Colombia, campaña tras campaña presidencial. Pero si hay algo que caracterizó al líder político como su sello único, fue el uso repetido de la palabra ‘mamola’.
¿Cómo es la historia de mamola?
A mediados de los años 90, cuando crecía el escándalo del proceso 8000, que implicaba al entonces presidente Ernesto Samper con la entrada de dinero del narcotráfico, se dio un debate en la Cámara de Representantes al respecto. Ante la petición de la renuncia de Samper desde varios sectores, Horacio Serpa atinó a decir desde la completa improvisación:
“¿Que renuncie el doctor Ernesto Samper? ¡Mamola! Como decía Jorge Eliécer Gaitán”
Serpa recuerda en su última entrevista en video, para la revista Semana, que al día siguiente asistió a la cabina de Caracol Radio con Darío Arizmedi, y que allí le volvió a preguntar por el tema de ‘mamola’. Desde ese momento la palabra tomó una fuerza tal que llegaron a decirle “Doctor Mamola”. “Llegué hasta casi perder mi identidad”, confesó.
La historia dice que Gaitán, el caudillo del pueblo asesinado el 9 de abril de 1948 durante el Bogotazo, pronunciaba la palabra al cerrar sus discursos contra el político bumangués Gabriel Turbay. Hay registros de que la usó el 23 de abril de 1947 tras lograr la jefatura única del partido liberal. La palabra la usaba como sinónimo de negación, rechazo e imposibilidad, o de que algo por ningún motivo debía permitirse o aceptarse. Además, la acompañaba de la expresión “a la carga”.
¿Qué dicen los lingüistas sobre ‘mamola’?
En su Diccionario de la Terminología Política Colombiana, un trabajo de tesis de la Universidad Católica de Colombia, se reseña que el origen y significado de esta palabra tiene diferentes fuentes, aunque la mayoría coincide con un gesto de menosprecio. La más antigua en el “Tesoro de la Lengua Castellana o Española”, que publicó en 1611 Sebastián de Covarrubias:
“Vulgarmente se toma por una postura de los cinco dedos de la mano en el rostro del otro, y por menosprecio solemos decir que le hizo mamona”.
Luego cita a la Real Academia que en su primer diccionario la menciona, por allá en 1734:
“mamola. Cierta postura de la mano debajo de la barba de otro, que regularmente se ejecuta por menosprecio, y tal vez por cariño. Covarrubias la llama mamona. Frase que además del sentido recto vale engañar a uno con caricias fingidas, tratándole de bobo”, reseña la universidad.
Años más tarde, aparece en el diccionario Larousse:
“Mamola o mamona. Caricia o burla que se hace poniendo uno la mano debajo de la barba del otro. Concepto posiblemente con orígenes del árabe hispánico mahmula y este del árabe clásico mahmulah, cosa que se sufre a la fuerza”.
Y la Real Academia de la Lengua, que define de varias formas “mamola”: como cierto modo de poner uno la mano debajo de la barba de otro como para acariciar o burlarse de él; como interjección de burla o de negación (la de Gaitán y Serpa).
Sobre su popular dicho, Serpa contó en una canal de televisión de Santander que él no tenía planeado usar esa palabra. “En lugar de mamola, los santandereanos decimos pistola y acompañamos la palabra con un gesto en la mano. Pero eso ya es grosero”, decía Serpa, quien incluso recordó en esa entrevista que por muchos años las personas cuando lo veían le pedían que dijera “mamola”, como si fuera un número de circo.
El estudio de la Universidad Católica concluye que ‘mamola’ es “un verdadero Colombianismo político. A tal punto que podría pensarse que la Real Academia Española podría incluirla además de las figuras, frases, carácter de interjección en su empleo, como un Colombianismo”.