En la noche del jueves 29 de octubre, la ciudadana inglesa Pamela Cue McPeak fue capturada en el aeropuerto Ernesto Cortissoz con 3 kilos y medio de cocaína dentro de cuatro cocos camuflados en su maleta.
La mujer pretendía viajar desde la capital del Atlántico hasta Londres, Reino Unido, con una escala programada en Miami, Estados Unidos. La Policía Antinarcóticos del terminal aéreo la requirió en el filtro internacional, lugar en el que las autoridades encontraron la mercancía escondida al interior de la fruta tropical.
Ya se establecieron audiencias de legalización de captura, formulación de imputación y solicitud de imposición de medida de aseguramiento contra la extranjera. McPeak fue trasladada a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía, para luego quedar a disposición de la Fiscalía Octava Seccional de Soledad, municipio en el que se encuentra el aeropuerto, para ser presentada ante un juez de control de garantías en audiencias preliminares.
Usaban cerdos para camuflar coca
El pasado 23 de octubre se descubrió, también en el Atlántico, otra peculiar manera de esconder estupefacientes. La seccional de Tránsito y Transporte de la Policía del Atlántico llevó a cabo un operativo que logró desmantelar un laboratorio de procesamiento de clorhidrato de cocaína que usaba el olor de un criadero de cerdos para esconder la operación del establecimiento criminal.
En zona rural del municipio de Polonuevo, unidades policiales investigaron y siguieron la actividad económica que se realizaba en la finca La Chinita. Por medio de una orden de registro y allanamiento de la Fiscalía General de la Nación, que se hizo efectiva el 20 de octubre, se pudo ingresar al recinto.
Allí, se encontró un sofisticado laboratorio para el procesamiento del alcaloide, tres armas de fuego, entre ellas una escopeta, ocho teléfonos celulares y dos microondas. En mercancía, las autoridades contaron 20 kilogramos de cocaína empacada en 24 panelas, medio contenedor de acetona, dos galones de ácido clorhídrico, tres paquetes de soda cáustica y ocho bolsas de cafeína. En el operativo, se capturaron 9 personas, de las cuales 7 eran hombres y 2 mujeres.
Por la pesada operación del laboratorio y el olor que emanan las sustancias con las que se fabrica la cocaína, el grupo criminal construyó criaderos de cerdos alrededor de la operación ilícita para camuflar los aromas de los químicos.
“Allí se observaba el ingreso de químicos que generan un olor fuerte, entonces, tenían unos criaderos de cerdo para confundir el olfato de los caninos antidroga, no alertar a los vecinos y evadir el control de las autoridades”, indicó uno de los agentes a cargo del allanamiento. Según las autoridades, en el laboratorio se producían mensualmente 500 kilogramos de cocaína, lo que equivale a 2.500 millones de pesos en ganancias para los implicados.