Pese a las políticas continuadas por las administraciones de Bogotá para fomentar el uso masivo de la bicicleta como medio de transporte alternativo y sostenible, el diario británico The Guardian encontró una realidad que no coincide con el entusiasmo oficial: la percepción de inseguridad es alta para los biciusuarios capitalinos.
En el artículo se señala a Bogotá como la capital mundial de la muerte para los ciclistas, enunciado que llamó la atención del secretario de Seguridad del Distrito, Hugo Acero, quien rechazó el señalamiento:
Es completamente injusto, yo creo que mezclan cifras y no hacen un uso adecuado de ellas.
Así mismo, Acero explicó que están trabajando para mejorar las condiciones de seguridad para los ciclistas con en la reparación de la ciclorrutas junto al IDU; la Unidad de Servicios Públicos, en cuanto a la iluminación; y también con la Policía Metropolitana, con el aumento de los guardianes de la ciclovía.
Los datos del secretario de Seguridad de Bogotá
Acero explicó que entre enero y septiembre del 2019 fallecieron en accidentes de tránsito 54 ciclistas y en ese mismo periodo del 2020 la cifra fue de 39, es decir, bajó un 28 por ciento.
En cuanto a los datos de muertes de ciudadanos en general ocurridas en medio de atracos, estos indican que entre enero y septiembre del 2019 fallecieron 64 personas, frente a 44 en ese mismo periodo del 2020 es decir una disminución del 31 %.
De estos 44 casos, tres eran ciclistas. En dos de estos casos las autoridades ya capturaron a los presuntos autores y hay uno en investigación. El primero caso fue el de la enfermera Yenny Cerquera hechos del pasado 17 de mayo en una calle de la localidad de Bosa Porvenir. Por estos hechos se judicializaron a dos personas.
Frente a este delito, cabe recordar que la Fiscalía General de la Nación nombró un fiscal especializado contra el hurto de bicicletas y la Policía aumentó el número de patrulleros a más de 550 que transitan y cuidan las ciclorrutas en la ciudad.
El panorama de The Guardian sobre los ciclistas en Bogotá
La nota, escrita por Joe Parkin Daniels, reportero ubicado en la capital colombiana, afirma que durante 2020 se registraron 8.023 casos de robo de bicicletas en la ciudad, lo que es un incremento del 36% en comparación con 2019.
La inseguridad que afrontan los biciusuarios coincide con un auge del uso de la bicicleta en Colombia, así como la aparición de una escena compuesta por distintos actores que aprovechan la economía informal para montar talleres improvisados en las ciclorrutas y corredores para ayudar a desvarar a los ciclistas en sus necesidades técnicas y de seguridad.
Parkin Daniels relata cómo en uno de éstos imparten clases de autodefensa para prevenir el robo de los vehículos: “El uso más efectivo de la violencia es evitar una confrontación física, pero si se trata de eso, el D-lock es tu mejor amigo. Sostén eso en una mano y con la otra usa el cuadro de la bicicleta como escudo”. El uso del seguro de la bici, el acompañamiento entre biciusuarios, no utilizar rutas despobladas o con baja luz durante la noche, son otras recomendaciones que comparten los ciclistas en cada trayecto de los 500 kilómetros de bicirrutas que hay en la capital.
Pese a que la red de ciclorrutas de la ciudad es reconocida internacionalmente, las amenazas a la vida de los biciusuarios son el pan de cada día en Bogotá. Las bandas criminales campean a sus anchas en los sectores de Usaquén, Suba, Kennedy, Tunjuelito y Ciudad Bolívar, reportados por las autoridades como puntos rojos para el hurto de bicicletas. Pese a lo anterior, la capital fue clasificada en el puesto 12 de 20 como una de las ciudades con mejores condiciones para el uso de la bicicleta, siendo la única ciudad no europea en el ranking hecho por Copenhagenize Index.
Otro factor que estimula el uso de este medio alternativo de transporte, ha sido la pandemia: los desplazamientos en Bogotá aumentaron en un 40 % ante los cierres parciales de los sistemas de transporte durante los meses de aislamiento vividos en el país. Este factor ha incidido en la implementación de nuevas ciclorrutas, alternando con las vías tradicionales, cuya extensión de 100 kilómetros ha servido para masificar este servicio, pero también para incrementar los riesgos a la seguridad de los ciclistas.
Lo que no ha detenido a los biciusuarios en sus medidas de protección: aparte del usar el marco de su bicicleta y su seguro, algunos han comenzado a llevar bates, manoplas, e incluso elementos cortopunzantes para disuadir a los atacantes. Especialmente, si se trata de trayectos en localidades difíciles para su seguridad. Esto ha generado un inédito “espíritu de cuerpo” entre los ciclistas, quienes respondieron en masa ante la muerte de uno de los suyos, José Antonio Duarte, 56 años, vigilante, arrollado por un conductor en un puente de Chía en el pasado mes de septiembre.
Las reacciones a esta muerte, encabezadas por el único campeón del Tour de Francia colombiano, el ciclista Egan Bernal, son una muestra de cómo este sector es consciente de las dificultades que afronta cada vez que sale a la calle a pedalear. El reporte de The Guardian concluye en la necesidad de encontrar soluciones de seguridad y convivencia para los biciusuarios de Bogotá, uno de los más distintivos de la capital de la república.
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