Con una flotilla de 7 aviones Air Tractor - AT802, que cuentan con boquillas diseñadas para regar el glifosato directamente sobre los cultivos ilegales de coca y amapola, el Ministro de Defensa afirmó en conversación con la Revista Semana, estar listo para comenzar una nueva fase en la guerra contra las drogas en el país. El requerimiento de las boquillas, establecido por la Corte Constitucional para preservar la seguridad medioambiental de las comunidades alrededor de los cultivos, es indispensable para aprobar o no el despliegue de las Fuerzas Armadas en los territorios y así cumplir con las labores de erradicación aérea, suspendidas desde 2013. Holmes, quien recientemente superó una moción de censura en el Congreso de la República, confía en que este procedimiento inicie en el término de las siguientes semanas: “Colombia necesita reiniciar la aspersión (…) Esto es para determinar el número de hectáreas de cultivos ilícitos que se van erradicando, es un sistema de medición muy preciso y le da mucha confiabilidad a lo que se hace”. El Ministro considera que el mecanismo de aspersión aérea será útil para incrementar la cantidad de hectáreas de coca erradicadas que, según cifras oficiales, alcanza las 98.056 hectáreas, un récord que supera el total logrado por la fuerza pública en el año inmediatamente anterior. En esa línea de resultados, dio otras cifras que indican que el sector Defensa está haciendo la tarea, en réplica a la medición de la ONU que indica estancamiento en erradicación por parte de las fuerzas públicas: “Se han incautado 462 toneladas de hoja de coca y 51 toneladas de base de cocaína. Las incautaciones de marihuana también han aumentado en 38 por ciento, al pasar de 310 toneladas en 2019 a 427 en 2020”.
Mientras el Ministro subraya que todo está listo para cumplir los requerimientos exigidos por la Corte Constitucional, el general Luis Ramírez, director de la Policía Antinarcóticos, puntualiza que la flotilla de aviones, citada por Holmes en sus declaraciones a Semana, cuenta con “tecnología de cuarta generación y ese sistema es el único que hay en el mundo que nos da la mayor precisión para poder hacer nosotros nuestro trabajo dentro del área”. Asevera que la entidad está comprometida en cumplir con los requerimientos estipulados, tales como la coordinación con el Instituto Nacional de Salud y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (por sus siglas ANLA) para la creación de un mecanismo de seguimiento sobre los impactos que el glifosato y la aspersión aérea tiene sobre el medio ambiente y las comunidades alrededor de los cultivos, así como el desarrollo de estudios antes, durante y después de la ejecución de la actividad sobre los efectos en la salud y el medio ambiente. Ramírez considera que cumplir a cabalidad con los requisitos de la Corte permitirá que la ANLA otorgue la licencia para iniciar operaciones de aspersión aérea en los territorios.
Cabe recordar que las autoridades han demandado por este mecanismo a lo largo del gobierno del Presidente Duque ante el incremento de cultivos en los departamentos de Antioquia, Chocó, Nariño y Norte de Santander, mientras que los grupos criminales han aprovechado el vacío legal en torno a la aspersión para mantener su presencia territorial en las zonas rurales de estos departamentos.