Los resultados más recientes de la GEIH presentados por el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) arrojaron que para agosto de 2020 el 49.1% de los encuestados manifestó no poder continuar con sus clases en modalidad presencial debido al COVID-19. El 78.5% de esta población asistía a una institución de carácter oficial.
Los resultados dispuestos por el DANE fueron analizados por el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, con relación a la pandemia y a la educación en colegios y universidades de Colombia.
El índice más alto de personas que no pudieron continuar sus estudios por motivos relacionados con el COVID-19 se presentó en territorios rurales y rurales dispersos, durante mayo (55%), junio (55%) y agosto (52%). En julio el porcentaje de personas que se encontraban en las cabeceras municipales fue del 53%.
Un gran mayoría de los colombianos que no siguieron con su educación en colegios o universidades residía, al momento de la encuesta, en áreas metropolitanas donde se presentaron los siguientes porcentajes: “Durante mayo, con 49 por ciento; junio, con 50 por ciento; julio, con 51 por ciento y agosto, con 47 por ciento. La tendencia nacional oscila entre el 49 por ciento y el 52 por ciento”, aseguró el LEE.
Nivel socioeconómico bajo-bajo el más afectado
El 77% de los ciudadanos que dejaron sus estudios durante este periodo se encontraban dentro de estrato bajo-bajo y respondieron que abandonaron las clases debido a la pandemia. En cuanto al estrato bajo, el porcentaje de abandono reportado fue del 65%, en el estrato medio bajo fue del 55%, en el medio del 34%, en el medio-alto del 18% y en el alto fue del 11%.
Luz Karime Abadía, codirectora del laboratorio, afirmó a la revista Semana que las personas que dijeron haber dejado sus estudios por motivos del COVID-19 eran parte de una institución de educación superior pública o un colegio oficial.
“El efecto del coronavirus está muy relacionado con la pobreza, con el estrato socioeconómico”, dijo Abadía, para quien esto se ve reflejado en las personas que asisten a instituciones públicas.
Acerca de las razones del abandono escolar en la pandemia
Según Abadía, la decisión de abandonar los estudios en los estratos más bajos de la población se presenta “posiblemente por ser sus familias las que más han estado afectadas en términos económicos o ellos mismos con pérdida del trabajo, reducción de sus ingresos o falta de acceso a herramientas tecnológicas”.
Aún así, aseguró que esto “no es necesariamente deserción” ya que puede pasar que en noviembre de este año las personas vuelvan a sus estudios o regresen a las instituciones.
Pero es claro que el índice “sí implica que puede haber un riesgo alto de deserción”, debido a la desconexión que los estudiantes están experimentando con el ambiente escolar, aún más cuando los alumnos tienen que trabajar para llevar sustento a sus familias, que tienen problemas económicos por la crisis que desató la pandemia.
Por otro lado, la economista le dijo a Semana que “lo que refleja la Gran Encuesta Integrada de Hogares es una agudización y profundización de las desigualdades en nuestro país”, lo que para ella es muy grave, pero debido a la información presentada, se pueden encontrar luces “sobre las necesidades de las poblaciones que necesitan apoyo desde las políticas públicas tanto locales como nacionales”.
“Las secretarías de salud de las regiones deberían estar identificando quiénes son esos jóvenes que no volvieron a conectarse o a recoger las guías físicas, para poder indagar en la razón y poder hacer que retornen a sus actividades académicas, porque si no, la pérdida va a ser muy, muy grande”, agregó Abadía en la revista.
La experta concluyó haciendo énfasis en la importancia de “seguir fortaleciendo, pero de manera más agresiva, la dotación de herramientas tecnológicas y el acceso a Internet en todo Colombia”, teniendo en cuenta que existen zonas en Colombia donde la imposibilidad de conectarse a una red de internet es amplia.
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