El puente Alberto Pumarejo prometía ser una de las mejores obras públicas del país. Lo construyeron sobre el río Magdalena, a 20 km de su desembocadura con el mar Caribe, a la altura de Barranquilla y del municipio de Sitionuevo. Fue inaugurado en 2019 para conectar a la capital del Atlantico con la isla de Salamanca y con el resto del país vía la Ciénaga. En ese momento costó más de 800 mil millones de pesos.
Se esperaba que la nueva estructura fuera uno de los ganchos de movilidad más importantes de la zona y que, además, permitiera que el turismo se aumentara para así reactivar la economía del sector, pero hasta el momento solo ha traído pérdidas económicas, denuncias, demandas, robos y malestar en los ciudadanos.
Durante los últimos meses la comunidad ha denunciado un sinfín de robos en la estructura del puente, indigentes acechando el sector y la ausencia de turistas. ¿Pero quién responde? Hasta el momento ningún ente territorial o gubernamental ha respondido por la vigilancia del puente, por lo que la estructura cada día se ve más deteriorada y expuesta.
Según Invías, desde la inauguración del puente, a la fecha se han cometido actos vandálicos con el robo de cables, y se han tenido que reinvertir 900 millones de pesos en su reparación. En todo caso la obra continúa a oscuras. Además, todos los días se roban los cables instalados en el interior de los separadores laterales de concreto, las cubiertas de las cajas donde se encuentran los cables, las láminas de acero y las bombillas de la estructura.
Wilson Mancilla, veedor del proyecto, denunció que tras un recorrido en la infraestructura, cerca del 70% del puente presenta señales de oxido, vandalismo y objetos rotos, “Esta es una obra que cuando fue entregada se dijo que su vida útil era de 100 años, pero si continúa con este olvido, en el que se encuentra por parte de las autoridades, difícilmente la infraestructura llegará a ese tiempo”, así lo describió para el diario El Tiempo.
Según cifras de la Policía Metropolitana, solo en un área del puente donde originalmente había 133 lámparas instaladas, fueron robadas 20. Para darles solución pronta a estos hechos, la institución confirmó que Invías instalará cámaras de alta seguridad con el objetivo de tenerlas conectadas directamente con el Centro de Control de la Policía para controlar de manera eficaz la seguridad de la estructura.
Además, informaron que, en el marco de su plan de seguridad para la zona, tienen dispuestos un CAI móvil, cuatro motos de reacción, dos puestos fijos en turismo y puestos de control fijos.
La ciudadanía decidió hacer turnos para cuidar el puente y, de paso, poder vender productos a quienes transitan por el sector. Sin embargo se han quejado de la falta de viajeros, aseguran que la gente evita pasar por el lugar pues considera que es un paso peligroso y que los pueden asaltar en el camino o sufrir algún accidente debido a la falta de iluminación.
Por su parte, el presidente del Comité Intergremial, Efraín Cepeda Tarud, dijo que están buscando un acuerdo para buscar una solución al problema pues para Invías el alumbrado y la vigilancia es responsabilidad de los entes territoriales, pero tanto la Alcaldía de Barranquilla como la Gobernación del Magdalena no se han pronunciado al respecto.
Las constantes quejas de los veedores, más las de la ciudadanía, ha obligado a los entes de control a reunirse para tomar medidas efectivas frente a los problemas de la estructura, la Policía y la Gobernación, han decidido aumentar la seguridad con más controles, por lo pronto, se espera que Invías presente una propuesta formal sobre cómo o quiénes serán los encargados de velar por la estructura.
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