En la noche de este jueves terminaron las audiencias dell juicio disciplinario que adelanta la Procuraduría General de la Nación contra los patrulleros Harby Damián Rodríguez Díaz y Juan Camilo Lloreda Cubillos, señalados de abuso de autoridad y homicidio en el caso del estudiante de derecho Javier Humberto Ordóñez, quien murió el pasado 9 de noviembre tras un operativo policial.
El procurador delegado para la Fuerza Pública, Hernán Rincón, escuchó a todas las partes, iniciando con el patrullero Lloreda, quien asumió su propia defensa, pero, hasta ese momento, no había dado su versión de lo sucedido aquella noche ni tampoco interrogó a los testigos, aseguró el diario El Tiempo en su reporte del procedimiento.
En la intervención, Lloreda Cubillos señaló que ha habido irregularidades en la investigación, tanto por parte de la Inspección General de la Policía como de la Procuraduría, porque nunca hubo una indagación preliminar de los hechos, sino que se inició una investigación formal. Afirmó el patrullero que se violentó el debido proceso y la presunción de inocencia, además de haberse vulnerado los derechos de ambos procesados porque, según Lloreda, se muestra más afán de sancionarlos que de encontrar la verdad.
También dijo que era “absurdo” que la investigación se hubiera llevado a cabo a partir de una publicación periodística.
En las audiencias adelantadas previamente, el patrullero Rodríguez acusó a Lloreda de haberle pegado a Javier Ordóñez en el CAI; sin embargo, el implicado dijo que la versión de Rodríguez no se podía tener en cuenta porque él actuó como disciplinado y dio una versión libre, mas no una declaración jurada. Incluso, Lloreda aseguró que el patrullero Rodríguez no estaba en condición de declarar, por haber sido internado en psiquiatría “y eso hace que su versión no se pueda tener en cuenta”.
Eso no fue impedimento para que Lloreda citara una parte de la declaración de su compañero en la que este afirmó que fue agredido por Ordóñez, por lo que tuvo que usar el taser para controlarlo.
“El occiso tenía grado 3 de toxicología, lo que llevó a agredirnos y a que tuviéramos que hacer el procedimiento para inmovilizarlo”, afirmó el acusado, quien, además, dijo que Ordóñez sufrió varios traumatismos, muchos de los cuales fueron producto de la riña que se presentó antes de su llegada. “Ahí recibió varios”, concluyó el patrullero que volvió a arremeter contra su compañero, basándose en el testimonio del amigo de Ordóñez, Wilmer Salazar, quien estuvo con él esa noche y afirmó: “quien mató a mi amigo fue el patrullero Damián”.
Lloreda finalizó diciendo que no hay pruebas que permitan deducir que la muerte del estudiante haya sido producto del forcejeo que se volvió viral, y que había él sido agredido por Ordóñez, agregó que en los videos del CAI nunca se ve que él haya agredido a la víctima y que actuó “en ejercicio de un deber”, porque fue la comunidad que llamó a la Policía por la riña que, supuestamente, estaba protagonizando el estudiante.
La defensa de la familia de la víctima pidió la más alta condena, que sería destitución, porque, para ellos, el caso de su familiar es, quizás, de los más “aberrantes” ocurridos este año porque tuvieron que ver policías.
Aseguraron que los patrulleros le dijeron al estudiante de derecho “de esta no se salva” y que, según los resultados de la necropsia, en el cuerpo de Ordóñez había huellas de una forma redonda “que corresponden con las botas de los uniformados”. Concluyó el apoderado de la familia pidiendo que se condene a los señalados por tortura agravada y homicidio agravado.
Luego, habló Jorge Páramo, defensor de Harby Damián Rodríguez Díaz, quien dijo que su defendido debía ser declarado libre de responsabilidad a título de dolo y de culpa de las faltas encontradas. Apoyó la versión de Lloreda acerca de la agresión que hubo por parte de Ordóñez.
Afirmó que hay otros videos, grabados antes del que se volvió viral, que probarían esa agresión y la riña, pero que no fueron valorados, “lo que llevó a omitir parte de los hechos y que la opinión pública tuviera acceso a parte parcializada de la información”.
Por otro lado, el abogado señaló que en los videos no se ven agresiones contra Ordóñez, pero que, si las hubo, no fueron propinadas por su defendido. Se refirió también al testimonio del amigo de Ordóñez, Salazar, y dijo que éste habló de alguien que golpeó al estudiante, pero que no fue Rodríguez.
Páramo dijo que su cliente nunca tuvo la custodia o responsabilidad de la víctima y que, en los videos dentro del CAI, se ve que son policías distintos los que lo tiran al piso y lo arrastran. Finalmente, admitió que hubo una conducta abusiva esa noche, pero que no había prueba alguna que relacionara a Rodríguez Díaz con los hechos.
El próximo martes 27 de octubre se conocerá la lectura del fallo disciplinario contra los patrulleros para saber si son sancionados o no.