Francia Márquez es pequeña, pero su voz negra, entre lo locuaz y lo cadente, resonó en el corazón del centro de Bogotá como un volcán; acompañó sin mucho protagonismo a la multitud que se sumó al Paro Nacional convocado para este 21 de octubre y que se dirigió a la Plaza de Bolívar; pero allá, en la tarima y micrófono en mano, la lideresa no dejó paloma indiferente y la multitud se agitó con sus palabras.
“Yo creo que ver al pueblo en la calle nos llena de fuerza, nos llena de alegría, nos llena de esperanza para saber que no todo está perdido. A pesar de las violencias, a pesar de las masacres, de los asesinatos de líderes sociales, a pesar de tener un Gobierno en contra de los derechos de la gente. De un Gobierno que no representa hoy la voz del pueblo y que no escucha al pueblo”, aseveró Márquez, entre los abrazos de algunos manifestantes, a Infobae.
El Parque Nacional y el Monumento a los Héroes en Bogotá se colmaron, como es costumbre, en estas jornadas de manifestantes a las nueve de la mañana. Pancartas, pendones, banderas de Colombia y de las diferentes agremiaciones como la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), la Confederación General del Trabajo (CGT) y el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) entre otros, emprendieron una procesión al centro de la capital.
Tambores, cornetas, redoblantes, pitos y arengas, ensordecieron un ambiente que parecía de carnaval de no ser por las solicitudes y exigencias que hoy reunieron a miles de profesores, estudiantes, trabajadores de distintos sectores e indígenas de diferentes comunidades del país en las principales ciudades de Colombia.
El cumplimiento de los acuerdos de paz, la seguridad de los líderes sociales, el modelo alternancia escolar, la escandalosa cifra de masacres, los asesinatos de excombatientes, la gratuidad de la educación, la renta básica, la defensa de la vida, el respeto a los territorios y los auxilios económicos por la pandemia, fueron algunos de los reclamos de los marchantes.
“Hay una identidad política entre la minga y el Paro Nacional, los puntos son similares porque el problema en Colombia es estructural. El tema en Colombia es que es la vida la que está en riesgo, por eso nos hemos unido. Con la minga marchamos, nos regresaremos en el día de hoy y continuaremos en movilización en las regiones”, aseguró a Infobae el líder del pueblo Nasa y senador de la República, Feliciano Valencia, mientras sostenía una inmensa bandera rojo y verde.
La minga indígena del suroccidente cargó las ollas y el menaje que trajo desde sus territorios, los montó temprano a las chivas, las camionetas y los buses, y emprendió un recorrido por la capital para acompañar al Paro Nacional en sus primeras horas en la Plaza de Bolívar y efectuar el pacto por la unidad. Luego de esto, retomó el rumbo que la llevará, más allá de Andes y valles, a su territorio.
Una visita de 5.000 mingueros que buscaba reunirse con el presidente de República, primero en Cali, la capital del Valle del Cacuca, y que debido a su ausencia decidieron venir a Bogotá, donde tampoco se pudo concretar y que coincidió con el Paro Nacional.
“Hay factores de riesgo, las aglomeraciones que tengamos hoy pueden ser los rebrotes de mañana”, mencionó el martes 20 de octubre el presidente de Colombia, Iván Duque.
Pero para la lideresa arhuaca y concejala de Bogotá, Ati Quigua, más allá de la clara preocupación por los rebrotes, la intranquiliza más “que no haya una sociedad o un Estado que pueda hacer visible unas profundas desigualdades que se evidencian con la pandemia y con la violencia”, aseguró a Infobae.
Este 21 de octubre se cumplen 11 meses del Paro Nacional que inundó las calles de la capital y que movilizó a cientos de miles de colombianos en todo el país, en uno de los meses más convulsionados en América Latina. Un movimiento que dejó evidenciado el descontento social de una gran parte de la población y el asesinato a manos del Esmad del estudiante de bachillerato Dilan Cruz.
En la tarima central de la Plaza de Bolívar, donde se reunieron todas las manifestaciones que partieron desde los distintos puntos de la capital, la mamá de Dilan Cruz, con un retrato de su hijo en la mano, alzó la voz por todas las víctimas del Estado, por los jóvenes asesinados a manos de la Policía, por todos aquellos casos que se encuentran en la impunidad y por el derecho a la vida.