Sonia Bermúdez, la historia de una sepulturera reconocida por la ONU

El trabajo humanitario de la colombiana ha permitido que los muertos en La Guajira sean enterrados en condiciones dignas.

Guardar
Naciones Unidas reconoció el trabajo de Sonia Bermúdez por garantizar la sepultura de quienes no tienen los recursos necesarios para hacerlo / (Archivo).
Naciones Unidas reconoció el trabajo de Sonia Bermúdez por garantizar la sepultura de quienes no tienen los recursos necesarios para hacerlo / (Archivo).

Sonia Marina Bermúdez Robles se ha convertido en el ‘ángel de los muertos’ en el departamento de La Guajira. La mujer, oriunda de Riohacha, entierra en su cementerio a los migrantes venezolanos que mueren en Colombia.

La obra de Sonia Bermúdez ha sido nuevamente reconocida en el ámbito internacional, en esta ocasión por la Organización de Naciones Unidas (ONU), que escogió a 75 personas alrededor del mundo, que construyen sociedad a través de su legado social para resaltarlas, en el marco de la conmemoración de los 75 años de la organización, que se cumplirán el 24 de octubre.

Entre las historias elegidas por la ONU está la de la médica forense colombiana, quien muestra su apoyo a los más necesitados a través de la fundación ‘Gente como Uno’, que se ocupa de garantizar la sepultura de quienes no tienen los recursos necesarios para hacerlo, muchos de ellos provenientes de Venezuela.

De acuerdo con el organismo internacional, la historia de Sonia fue una de las 12 priorizadas por Humanity House en Holanda para ser parte de una exposición fotográfica.

El cementerio para pobres de La Guajira donde Bermúdez apoya a las familias más necesitadas / (Cortesía: BBC).

Una doliente popular

Esta médica forense comenzó a ocuparse de los muertos sin dolientes a sus 14 años, cuando acompañaba a su padre, quien era el celador del cementerio central de Riohacha. Tiempo después aprendió a realizar necropsias y posteriormente estudió y entró a trabajar en el Instituto de Medicina Legal en la capital del departamento de La Guajira.

En 45 años de trabajo como asistente forense del Instituto realizó más de 5.000 necropsias, luego realizó en Bogotá un curso de tanatopraxia (conjunto de prácticas y técnicas para presentar cadáveres) y ahora dispuso su propio cementerio para recibir a los fallecidos por la pandemia del coronavirus en La Guajira.

Al principio, Bermúdez enterraba a los muertos en el suelo y después los exhumaba, pero después empezó a construir bóvedas de cemento, donde no solo recoge y transporta los cuerpos en su camioneta, sino que los prepara, los sepulta y hasta los llora en compañía de los seres queridos.

El cementerio ‘Gente como Uno’, está ubicado a las afueras de Riohacha, en la vía al Sur de La Guajira. Allí Sonia sepulta a quienes, por sus precarias condiciones económicas no pudieron acceder a los servicios oficiales , en especial a los migrantes venezolanos de la zona norte del país, además de los ‘NN’ o muertos desconocidos que fallecen lejos de sus familias.

Desde que comenzó con la iniciativa, por las manos de Sonia han pasado más de 600 difuntos, esto le ha permitido recibir reconocimientos públicos por parte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), entidad que además le donó cemento y ladrillos para que la médica forense siga agregando bóvedas a su cementerio.

Sonia, quien procura que las familias de los difuntos puedan pasar por un duelo digno, dice que mientras viva no habrá difuntos ni colombianos ni venezolanos sin dueños en La Guajira. “Dios me debe bendecir y si muero me deben ayudar a conseguir que el cementerio ‘Gente como uno’ se convierta en el paraíso terrenal que toda la vida es soñado”, comentó a La FM Bermúdez.

Según Federico Sersale, jefe de ACNUR para La Guajira, la agencia no vela normalmente por los derechos de los muertos, pero vieron la necesidad de hacerlo al conocer la historia de Sonia Bermúdez, porque ninguna otra organización estaba abordando el tema.

Guardar