Nicolás Ayala, de 20 años, fue secuestrado y asesinado en Lebrija, Santander por su mejor amigo de la infancia. El confeso asesino le quitó la vida a Ayala luego de que la familia de la víctima se negara a pagar una cuantiosa suma de dinero para liberar el rehén.
“Uno no se explica, yo quisiera tener esa explicación ¿por qué mi angelito? si lo único que hemos hecho en la vida es trabajar”, le dijo Ricaurte Cala Ayala, tío de la víctima, a Blu Radio.
La familia de Nicolás Ayala no se explica por qué le quitaron la vida a este joven que, según los familiares, estaba dedicado a sus estudios en mecánica, no se metía con nadie y trabajaba arduamente para sacar adelante a su familia. El tío de la víctima aseguró que “él se ganaba entre 20.000 y 30.000 pesos al día, le gustaba trabajar y por eso ese día desapareció, trabajando estaba mi chino”.
Ayala fue secuestrado el 18 de agosto del presente año en el centro de Lebrija, Santander. Cuando los captores intentaron negociar la liberación de la víctima con los familiares, en primera instancia, exigieron más de 100 millones de pesos para dejar en libertad a Nicolás.
“Se solicitó una suma de dinero para su rescate de 120 millones de pesos y que luego, a través de negociaciones, se llegó a cortar por la suma de 80 millones de pesos, pero se perdió comunicación después de finales de agosto con los secuestradores”, informó Oliden Riaño, director de la Fiscalía en Santander.
Tras la pérdida de todo contacto con los raptores, la familia comenzó a pensar lo peor y decidió no pagar la millonaria suma de dinero que los criminales solicitaron. Este fue el detonante para que los criminales le quitaran la vida al joven santandereano. Posteriormente, las autoridades descubrirían que el autor material del hecho fue un amigo de infancia de la víctima.
“Fueron inquilinos de mi hermana desde niñito, durante 14 años vivieron ahí, entonces Nicolás convivió parte de su niñez con él, hoy secuestrador y asesino de él”, denunció el tío de Nicolás.
Las autoridades que investigan este lamentable hecho, aseguran que por la cercanía del confeso asesino con la víctima, este logró realizar el secuestro. Desde el mes de agosto, el Gaula trabajó arduamente para dar captura a los responsables del hecho.
“Una vez realizada las diligencias de allanamiento y captura por parte del Gaula Santander y presentados en interrogatorio, una de esas personas (el amigo) decidió indicar el sitio donde estaba enterrado el cuerpo”, señaló el general Luis García, comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.
La familia de la víctima pide que los responsables paguen por el secuestro y asesinato de Nicolás. “Nosotros habíamos visto muchos secuestros en la televisión, pero vivirlo es algo cruel que no se le desea a nadie, por eso mi clamor es justicia yo quiero justicia”, dijo el tío de Nicolás.
El pasado martes, Medicina Legal confirmó que los restos hallados, enterrados en la zona rural de Lebrija, son de Nicolás y, en medio del dolor, su familia prepara las exequias que se cumplirán este miércoles. Los dos secuestradores, quienes también tienen antecedentes por robo y abuso sexual, serán juzgados por las autoridades competentes y deberán responder por el secuestro y asesinato de Ayala.